miércoles, 20 de marzo de 2024

'El resplandor' - Stephen King

[Publico esta entrada con muuuuucho retraso sobre lo previsto, pero nunca es dicha si la tarde es buena. De todos modos, no creo que tarde mucho en actualizar el blog, ya que tengo otra entrada en la recámara. Por cierto, ¿aún se puede felicitar el año?] 


En esta entrada voy a hablaros de El resplandor, la archiconocida novela del también famoso escritor estadounidense Stephen King (n. 1947). Fue publicada originalmente en 1977 bajo el título The Shining, y Stanley Kubrick la adaptó a su manera en la famosísima película homónima, estrenada en 1980. Es bien sabido que al señor King no le gustó, así que produjo y escribió el guion de una miniserie que se estrenó en 1997. Por supuesto, dicha miniserie es mucho más fiel a la novela que la película del señor Kubrick (otra cosa es que sea mejor).
  

El nuevo trabajo de Jack Torrance en el hotel Overlook es la oportunidad perfecta para un nuevo comienzo. Como cuidador fuera de temporada del hotel, tendrá mucho tiempo para reconectarse con su familia y escribir. Pero a medida que llega el invierno, el lugar idílico se siente cada vez más remoto... y más siniestro. Y el único que se da cuenta de las extrañas y terribles fuerzas que se reúnen alrededor del Overlook es Danny Torrance, un niño de cinco años con un talento único.
 

Empezaré con una confesión: Me he preguntado qué podía aportar yo al hacer una crítica de una novela como esta, de la que ya se ha dicho (casi) todo. Fíjense que en GoodReads, a 20 de marzo de 2024, hay casi 38.500 reseñas sobre ella. Luego podrían sumar la ingente cantidad de comentarios que se habrán hecho sobre ella en plataformas como Twitter/X o YouTube, en blogs, etc. Así pues, ¿tengo la sensación de aportar algo con esta entrada? Bueno, al menos mi percepción sobre la novela; y puede que alguna cosilla más, puesto que hay elementos que voy a mencionar que no aparecen en las decenas de reseñas de GoodReads que he leído.

Por otra parte, advierto que voy a tener que destripar bastantes elementos de la novela -no todo, ni mucho menos- para poder hacer una crítica más o menos completa, aunque supongo que la mayoría de gente ha visto la película y no resultará un gran destripe.

Hechas estas puntualizaciones, empecemos.

La novela cuenta con una larguííísima introducción, que sirve para que vayamos profundizando en las biografías de los miembros de la familia Torrance: Jack -enseguida da muestras de ser un tanto demente-, Wendy y el pequeño Danny, de solo cinco años (en la miniserie tiene siete). Desde mi punto de vista, se alarga demasiado, por lo que yo solo deseaba que llegaran al dichoso hotel de una maldita vez. Además, en esta larga introducción, Stephen King abre un hilo argumental -sobre un accidente de tráfico- que luego no se acaba de aclarar y que considero que acaba resultando un cabo suelto.

El primer Torrance en llegar al Overlook es Jack, para ser formalmente contratado e instruido, y nos volvemos a encontrar con un pasaje que se alarga en demasía. Aquí hay un punto curioso. En un momento dado, Watson, el encargado de mantenimiento (en la película se retrata de manera muy diferente), le comenta a Jack que "cualquier gran hotel tiene fantasmas". Poco después, al ser preguntado por el Overlook, asegura no haber visto ningún fantasma.

Cuando por fin llegan todos al hotel, Wendy le pregunta a su hijo si le gustan los animales. ¿De verdad no sabe eso una madre? Curioso. En fin, el caso es que en el hotel aún queda bastante gente (como en la película, no como en la miniserie), incluyendo diversos clientes, trabajadores y hasta el propio Ullman, gerente del hotel. Como en la película, el cocinero Dick Halloran les enseña la cocina y Ullman les enseña el resto del hotel (curiosamente, en la miniserie, Watson les enseña la cocina y Halloran el resto del hotel). Por supuesto, todo esto se alarga también en demasía, y yo soy incapaz de responder qué necesidad tuvo King de estirar tantísimo el chicle. Uf, es que parece Sorogoyen en As bestas.

Pero el enrollamiento no acaba aquí, puesto que King no tarda mucho en aburrirnos con la historia de un chaval llamado George Hatfield, una historia que no viene muy al caso. Antes de eso, por cierto, se dice que es 20 de octubre y que llevan tres semanas en el Overlook, algo un poco sorprendente porque cuando llegan al hotel hay una revista de octubre. Siendo generoso, habría que pensar que la revista salió a la venta a finales de septiembre, pero tampoco sé muy bien por qué comprarían una revista si están a punto de cerrar el hotel al público. Habría sido más lógico hablar de una revista de septiembre o bimestral (septiembre-octubre), y ya está. Por otra parte, creo que un puñado de páginas más adelante, Danny utiliza la palabra "sumamente". Un niñito de cinco años. Pues vale.

Más adelante, Jack se pone a revisar una serie de papeles sobre el hotel, y aquí hay unas cuantas cosas que no está de más comentar. Por ejemplo, Jack se topa con un periódico del 19 de diciembre de 1963. Yo me pregunto qué hace un periódico de esas fechas en el hotel, teniendo en cuenta que este debía estar cerrado y atestado de nieve. Se puede pensar que el vigilante de entonces bajó al pueblo por lo que fuera y ese día, por lo que sea, no había mucha nieve, pero es como que hay que tragarse un sapo. Otra posibilidad es que llevaran el periódico meses después, pero creo que el sapo aún es más grande. Por si fuera poco, después se afirma que no hay ningún papel que date de 1962 o 1963. Pues vale. Luego encuentra una tarjeta de invitación del 29 de agosto de 1945 (un baile que se organizó después de que hicieran unos trabajos de acondicionamiento). Otro punto curioso, puesto que se supone que no había nada de entre 1937 y 1945. Más tarde aparece un recorte de periódico del 15 de mayo de 1947 sobre la reapertura del hotel, lo cual es curioso porque se supone que ya hubo ese baile de 1945 tras hacer esos trabajos de acondicionamiento. ¿Lo tuvieron casi dos años cerrado? ¿Por qué? Siguiendo la historia del hotel, nos enteramos de que un tal Derwent, que luego sería dueño del hotel, compró una compañía de aviación que le catapultó hacia el éxito. La compañía de aviciación estaba arruinada, pero, aun así, cuesta entender cómo pudo comprarla si por aquel entonces era tan pobre como se nos hace entender. Luego aparece el recorte de un periódico donde se dice que el hotel fue mundialmente famoso entre 1946 y 1952. Pero vamos a ver, ¿no se reabrió en 1947? ¿Cómo pudo ser famoso ya un año antes? Curiosamente, ya bien avanzada la novela, en el capítulo 37, se habla de un acontecimiento que ocurrió una noche de agosto de 1946. Pues no sé, es un despiporre, ¿no? A ver, entiendo que el (supuesto) baile de 1945 se produjo en realidad en 1946 y entiendo que la (supuesta) reapertura del hotel de 1947 también tuvo lugar en 1946, porque otra cosa... En fin, un cachondeo, ¿no?

Siguiendo un poco con el espacio temporal de la novela, quisiera comentar que resulta curioso -o caprichoso- que empiecen a pasar cosas en el Overlook cuando este se encuentra ya aislado por la nieve. Sí, hay un hecho aislado antes, pero vamos.

Quiero apuntar también que los setos con hechuras de animales me han resultado un tanto prescindibles (mejor el laberinto de la película, pienso yo). Unos setos que, por cierto, resultan patéticos y risibles en la miniserie. Otra cosa que me ha hecho 'gracia' es que, en un momento dado, los padres le den Jerez al niño como si fuera lo más normal del mundo. Y, rizando el rizo, me ha llamado la atención que el (ex)alcohólico de Jack no se acerque al Jerez, como si eso no fuera alcohol. Pero quizá es incluso más llamativo que el niño, de cinco años, se mueva con tanta libertad por los dominios del hotel, interiores y exteriores. ¡Qué buenos padres! Luego, claro, al pobre Danny le pasa lo que le pasa.

Tampoco se entiende que Dick Halloran permita que Danny pase el invierno encerrado en el hotel. Ha empatizado con él y es consciente que el Overlook bien podría ser un lugar hostil para el pobre niño. Fíjense que en el capítulo 38 se revela que, después de cierto suceso, Halloran "nunca más había vuelto a sentirse seguro en el Overlook". Pero va el tío y deja que el pequeño Danny se quede allí encerrado durante meses. Muy lógico.

Por otra parte, me parece que la novela va bien cargada de misoginia y de gratuitas sexualizaciones. Por ejemplo, se comenta que el padre de Wendy murió por culpa de su madre. Además, Jack ya desea matar a Wendy en el capítulo 32, y añado que el señor King no se queda corto explicándonos esto. Capítulos más tarde, Jack piensa que cierta paliza de su padre a su madre había sido necesaria. Más tarde, Wendy se dice a sí misma: "[...] quieren que hagas una cosa tonta y femenina". En cuanto a sexualizaciones gratuitas hay muchísimas, como cuando se comenta que a una mujer se le marcan los pezones a través del vestido. O esta otra: "Halloran apretó el acelerador como si fuera el pecho de una mujer amada". ¡Menudo poeta el tal King! Atención también a la pareja de bailarines que esconde el reloj del salón de baile [capítulo 37], pues no tienen otra cosa que hacer que ponerse en modo sexual [En la miniserie son leñadores y no hacen nada raro]. Pero ojo, que cuatro capítulos después hay algo todavía peor. Me refiero a cuando cierto ser le dice a Danny que le va a comer, pero añadiendo lo siguiente [pongo la versión original]: "[...] I'll start with your plump little cock". ¿Hola? ¿Esto va en serio? ¿Qué clase de tarado podría escribir algo así? En fin, no quisiera que el señor King fuera mi vecino.

En cuanto al final, decir que es bastante simple y un tanto desastroso. Para empezar, se habla de una puerta de centímetro y medio de grosor como si fuera infranqueable. ¡Centímetro y medio! (vayan a medir el grosor de sus puertas). Pero esto no acaba aquí porque la versión original habla de "half inch"; es decir, media pulgada, lo que viene siendo 1,27 cm. ¿En serio? ¿Una puerta de 1,27 cm de grosor? Pero es que encima se acaban refiriendo a ella como "gruesa". Yo no sé si el señor King quiso escribir pulgada y media (3,81 cm) o qué. Para rizar aún más el rizo, en la miniserie se observa que la puerta es hipergruesa, de un montón de centímetros. Así que me acabé preguntando si King no quiso escribir "medio pie", que equivale a 15,24 cm. Sí, sé que es muchísimo, pero miren la puerta que aparece en la miniserie.

Siguiendo con el final, se habla de un hombre con una "máscara verde de vampiro". Pues vale. También se dice que cierto personaje está "inerte", pero luego no lo está. Otro punto nos lleva a unas palabras de Wendy sobre su hijo: "Ahora solo él puede ayudarse". ¿Hola? A ver, hija, el niño tiene cinco añitos y tú eres su madre. También es en el desenlace cuando se revela el segundo nombre de Danny, no vaya a ser que se revele antes y se descubra el pastel, ¿verdad, señor King? Por otra parte, aunque lo comentaré veladamente por aquello de no reventar mucho la novela, decir que cierto personaje aparece justo cuando tiene que aparecer y que cierta cosa del hotel también se pone en marcha justo cuando se tiene que poner en marcha. Tampoco tiene mucho sentido la coincidencia entre que den las doce de la noche y que pase cierta cosa.

Por cierto, comento una curiosidad: en el primer párrafo del capítulo 30, se hace referencia al famoso accidente de avión ocurrido en los Andes en 1972. Sí, el de la película ¡Viven! (1993) y La sociedad de la nieve (2023). Por desgracia, desde mi punto de vista, la referencia que hay en la novela me ha parecido más bien frívola y gratuita.

Para arrojar un poco de luz a mi crítica, comento un detalle que considero que no está mal: Se habla de unos asesinatos ocurridos en junio de 1966; o sea, el 6/66. Bien ahí, señor King, bien (aunque no sé si lo hiciste adrede). 

También quisiera apuntar que la novela está bien escrita, que la prosa es correcta, aunque no diría que brillante. Incluso tantas frases entre paréntesis me han molestado un poco. También tiene la parte buena de que ahonda y abunda en la familia Torrance, pese a que me parece que el señor King se hace demasiado pesado sin venir a cuento.

Por desgracia, la novela no cuenta con algunos elementos -detalles o incluso hilos argumentales- que aparecen y nutren la película. Me refiero, por ejemplo, a que en la película se menciona que el hotel fue construido sobre un cementerio indio y que hubo importantes enfrentamientos durante su construcción. Esto, y alguna otra cosa (los motivos decorativos, la sangre del ascensor), permite elucubrar que el hotel es una representación del tío Sam, de Estados Unidos. O, pese a que la novela está más sexualizada que la película, el tema del posible abuso sexual de Jack sobre su hijo Danny. O que en la película haya dos Grady. O el laberinto (el de fuera, que no queda claro si es real, y el que puede haber dentro). O la foto final. En fin, elementos que enriquecen la película y que no aparecen en la novela. Además, me parece que la película es más atmosférica y más inquietante (y tampoco es que yo sea muy fan de ella, pero bueno). La novela, en general, me ha resultado tediosa y poco atractiva.

Por cierto, me hace gracia que haya una edición cuya portada se ilustra con dos gemelas, porque hay dos (icónicas) gemelas en la película... pero no aparecen en la novela. Supongo que los editores no se leyeron la novela. 

Otra cosa que me hace gracia es que el propio King y otra gente comenten que el Jack de la película está loco desde el principio (tampoco sería un fallo, porque creo que la película va por otro lado), como si el de la novela pareciera estar muy bien de lo suyo en algún momento. También se ha dicho que Wendy resulta muy inoperante, tonta y sumisa en la película. Ya, claro, porque la de la novela no (por no hablar de que se describe como una rubia despampanante). En fin, pueden revisar película y novela fijándose en cuál de las dos Wendy hace más en favor de que Danny se salve. Tal vez se lleven una sorpresa.

Por otro lado, tengo la impresión de que la novela está inspirada en otra. Me refiero a Burnt Offerings, de Robert Marasco, publicada solo cuatro años antes, en 1973. Por desgracia, es una novela muy poco conocida en España y me temo que resulta difícil de conseguir (pueden probar con la adaptación cinematográfica de 1976). Pero bueno, cuenta la historia de una familia estadounidense -matrimonio más hijo, también- que se dirige a una mansión perdida en el campo para pasar el verano allí. Básicamente, vamos viendo como la mansión va apoderándose de ellos y nos hace ver el peligro que corre allí el hijo. O sea, básicamente igual que en El resplandor. Además, la madre hace un papel similar al de Wendy, protegiendo al niño de su poseído padre (sí, como en El resplandor). Pero es que ella, además, se obsesiona con cuidar la mansión, casi como si ella se convirtiera en un apéndice de la mansión. O sea, igual que Jack con el hotel Overlook. En fin, no sigo, que creo que ya he dicho bastante, pero a mí me parece que el señor King rozó el plagio.

Acabo esta larga crítica poniendo nota a la novela. Para mí, El resplandor es una novela de 5 sobre 10. No puedo darle más nota, por mucho nombre que tenga, porque no le veo mucha brillantez y porque me ha resultado tediosa en su mayoría (el último cuarto me ha resultado más entretenido, pero también flojito). 

martes, 19 de diciembre de 2023

'En el patio' - Malcom Braly

[NOTA: Es bastante probable que esta sea mi última crítica literaria del 2023. De aquí a Nochevieja, me gustaría traeros la crítica de una novela bastante famosa, pero supongo que acabaré publicándola en la primera decena de enero.]

Hoy vamos a hacer una somera radiografía de En el patio, novela del estadounidense Malcom Braly (1925-1980). Fue publicada originalmente en 1967 bajo el título On the Yard. Es una novela muy poco conocida en España, pero la editorial Sajalín la rescató en 2012 y me ha parecido oportuno leerla y dedicarle una entrada en el blog.

SINOPSIS: En el patio es una de las mejores novelas salidas de una prisión de los Estados Unidos. Su autor, un asiduo huésped de cárceles como Folsom y San Quintín en la década de los cincuenta, la empezó a escribir entre rejas y la terminó a escondidas por la amenaza de las autoridades de revocarle la libertad condicional. Finalmente publicada en 1967, En el patio reconstruye de forma magistral, siguiendo los pasos de una impresionante galería de personajes, el día a día de San Quintín. En su epicentro, el gran patio, se entrecruzan las historias de guardas, criminales encallecidos como Sociedad Rojo, Nunn o el temido y respetado Hielo Willy; criminales ocasionales e instruidos como Juleson, Manning o Lorin; y sociópatas como Gasolino o Palo, líder de una banda imaginaria y actor principal de un intento de fuga surrealista. Novela construida según un diseño en apariencia casual, En el patio nos ofrece un retablo de la vida en prisión de una autenticidad solo al alcance de autores que también estuvieron "dentro" como Edward Bunker, Dostoievski, Jean Genet o Brendan Behan. 

En el patio nos ofrece un interesante -y supongo que bastante realista- retrato de la vida en San Quintín (en los años cincuenta o sesenta), famosa prisión californiana. Malcom Braly lo consigue a través de presentarnos decenas de personajes. Esto hace que a veces te pierdas un poco, porque llega un momento en el que se han presentado tantos personajes que cuando vuelve a aparecer uno ya no sabes quién diablos es (o dicho de otra manera, no recuerdas qué te habían contado de él). En ese sentido, considero que Braly debería haber reducido el elenco para dar mayor fluidez a la novela. De hecho, algunos personajes aparecen y pueden parecer importantes, así que tratas de retener información sobre ellos en tu cabeza, pero luego el autor parece olvidarse de ellos (por ejemplo, el personaje chino, ayudante/criado del alcaide). En otros casos sí es cierto que aparecen y luego tienen una incidencia real en la trama, como si partieran de una subtrama y se unieran a la trama principal o, al menos, como si su subtrama acabara fluyendo junto con otra subtrama. En cualquier caso, creo que la gran profusión de personajes es probablemente el gran pero -el principal defecto- de la novela. Supongo que para otros lectores será al revés, porque podrán hacer un buen mapa mental de los personajes y verán la novela como muy rica, pero reconozco que a mí me ha costado.

Relacionado con ello, decir que no me ha convencido que la novela empiece centrándose en Manning y en Nunn, cuando todavía no están en San Quintín, para que luego lleguen allí y se diluyan en esa efervescencia de personajes de la prisión, donde parece que Juleson -sobre todo al principio- y Hielo Willy toman el relevo de llevar el peso de la trama. Una opción interesante sería haber empezado la novela con la llegada de Manning y Nunn a la cárcel (tampoco es que la novela sea corta, así que...).

Entrando en la vertiente de la forma, del estilo, tengo varias cosas que decir. Lo primero es que la narrativa es correcta o incluso buena, siendo más bien sobria, no muy profusa en lirismos y ramalazos filosóficos, pero resultando equilibrada. Si bien es cierto que he notado falta de chispa, de alma, de duende... en cómo se narran muchos pasajes de la novela. Pondré un ejemplo: "[...] se escaparon cuatro hombres. Cogieron a tres y los devolvieron a la prisión, y al cuarto lo encontraron flotando boca abajo en el río Sacramento". O sea, ¿se puede contar algo así con menos gracia y menos alma? Yo qué sé, podría haberlo narrado así: "Tres de ellos fueron detenidos pocos días después de su huida, y volvieron a verse encerrados entre los muros de San Quintín. El otro apareció varias semanas después; su cuerpo flotaba bocabajo en las frías aguas del río Sacramento". Por ejemplo.

Siguiendo con la vertiente estilística de la novela, apunto que no me ha gustado que frecuentemente se omitan algunas conjunciones o incluso verbos, que hacen que (casi) parezca que esa parte del texto la haya escrito un alumno de Primaria. Un ejemplo: "[...] permanecía sentado con las piernas cruzadas en su propia litera, el libro cerrado...". Aquí Braly, por ejemplo, podría haber escrito: "[...] permanecía sentado con las piernas cruzadas en su propia litera, CON el libro cerrado...". Otro ejemplo, que encontramos en el mismo párrafo: "Siempre estaba pálido, los ojos cansados de tanto leer...". Posible corrección: "Siempre estaba pálido Y TENÍA los ojos cansados de tanto leer...". Aquí no sé si se nota la mano de la traductora, pero esa manera de narrar me parece lamentable.

Y sumo alguna consideración más. Los diálogos no me han parecido brillantes, pero supongo que son más o menos realistas; no es esperable que los reclusos debatan sobre la (no) importancia de la Revolución Francesa o sobre materialismo filosófico. Por otra parte, la novela está cargada de una atmósfera bastante desagradable, deprimente e incluso fatalista, pero estamos en San Quintín y difícilmente puede ser de otra manera. Un último punto: Considero que la mejor parte de la novela es la última, la de los últimos capítulos, que es cuando hay más acción, encajan algunas piezas (aunque alguna sea bastante obvia), etcétera.

En resumen, me parece una buena novela a la que falta pulir algunos aspectos. Le daría un 7 sobre 10. Y ya que estamos, añado que dentro de este subgénero del drama carcelario, a mí me gustó un poco más La fábrica de animales -ambientada también en San Quintín-, de Edward Bunker, pese a que En el patio es una novela quizá más ambiciosa (más extensión, más personajes).

domingo, 29 de octubre de 2023

'Mooch' - Dan Fante

En esta entrada voy a reseñar brevemente la novela Mooch, del escritor estadounidense Dan Fante (Los Ángeles, 1944-2015). Sobre la novela, decir que fue publicada originalmente en 2001 (y rescatada en español por la interesante editorial Sajalín). Sobre el autor, apuntar que es hijo del escritor John Fante (1909-1983), autor de las novelas protagonizadas por Arturo Bandini (Pregúntale al polvo, por ejemplo).

SINOPSIS:
El aspirante a escritor Bruno Dante lleva meses sin escribir una sola línea, bloqueado. Vive en un edificio de acogida para exalcohólicos y se gana la vida vendiendo aspiradoras de puerta en puerta bajo el sol abrasador de Los Ángeles. Hasta que lo despiden. Desesperado, Bruno sigue el consejo de su hermano mayor en Alcohólicos Anónimos y empieza a trabajar en Consumibles Orbit, la empresa de venta telefónica del también exadicto a la botella y ahora triunfador Eddy Kammegian. Bruno tiene un don especial para engatusar a la gente al teléfono, y antes de trabajar en Orbit ya vendía por teléfono con suma facilidad desde trasplantes de cabello hasta monedas raras o porno. Descartado el sueño de convertirse en escritor, Bruno se emplea a fondo en su nuevo trabajo y rápidamente acumula suculentas comisiones en forma de cheques. Parece que finalmente el antihéroe creado por Dan Fante podría sentar la cabeza y disfrutar de la vida cerca del océano, pero entonces se enamora de la mujer equivocada: la exstripper mexicana y compañera de trabajo Jimmi Valiente. Bruno inicia una relación de amor-odio con la explosiva mexicana que lo llevará de nuevo a perder el control de su vida y a alejarse, una vez más, del sueño americano.

Se trata de una novela fácil de leer, ya que su prosa es rápida, inmediata, sin florituras. No sé si es lo que le pedía el cuerpo al autor o si, por contra, no fue capaz de tejer una prosa más elaborada. Puede recordar a Bukowski, pero creo que la prosa de este es superior. Quizá más parecido haya en el estilo, pero el realismo de Dan Fante me parece menos sucio y, al mismo tiempo, más exento de lirismo.

Además, es una novela notablemente corta (ni llega a 50.000 palabras), así que se puede leer perfectamente en un par de tardes tontas (en una si es muy tonta). Y eso que el autor repara bastante en hablarnos del trabajo de Bruno y en el funcionamiento de la empresa. A mí me parece que entra casi demasiado en explicarnos esto, pudiendo haber aprovechado parte de ese texto para dar profundidad a Bruno. Y es que, en realidad, apenas sabemos nada de él en toda la novela. Excepto por algún detalle, es como si no tuviera pasado, lo que me parece un debe del autor dado que la novela está escrita en primera persona y, lógicamente, gira muy en torno a Bruno.

¿Qué se puede destacar de la novela? Que es entretenida, que no es poco. También me ha gustado mucho el párrafo que cierra el primer capítulo (me hizo esperar más de la novela), en el que habla sobre los problemas de su vida. Quisiera también destacar la interesante intrahistoria de Bruno con una vendedora de donuts, que es de los pocos pasajes en los que se entra en el pasado del protagonista.

El resto de personajes que aparecen en la novela son básicamente comparsas. Jimmi, segundo personaje en importancia, me parece un personaje más o menos interesante, pero tampoco creo que se le saque demasiado jugo. En cuanto al niño que aparece en la novela (Timothy), decir que no parece que tenga 5-6 años, por muy inteligente que sea. Hubiera quedado mejor, más realista, con una edad de 8-9 años.

El final me ha parecido flojo y fallido, como si el autor hubiera dado por buena la cifra de palabras que llevaba y hubiera cortado casi de cualquier manera. 

En resumen, novela entretenida, pero se echa en falta una mayor profundidad y extensión (y una prosa más elaborada, a mi juicio). Un 6,5 (sobre 10).

martes, 7 de marzo de 2023

'Algún día este dolor te será útil' - Peter Cameron


En esta entrega voy a reseñar la novela Algún día este dolor te será útil, del escritor estadounidense Peter Cameron (Nueva Yersey, 1959). Aunque la novela se ambienta en 2003, se publicó originalmente en 2007 (creo que la edición española llegó en 2012).

SINOPSIS [la que ofrece Libros del Asteroide]:
James Sveck, el narrador de esta novela, es un adolescente inteligente y precoz, ha terminado el colegio y durante el verano trabaja en la galería de arte que su madre tiene en Manhattan y en la que casi nunca entra nadie. Pese a haber sido admitido en la prestigiosa Universidad de Brown no está seguro de querer ir, lo que de verdad le gustaría es comprarse una casa en el campo y pasarse el día leyendo, sin ser molestado, detesta relacionarse con gente de su edad, a la que evita y con la que piensa que no tiene nada en común. La narración de James nos ofrece una sarcástica y divertida mirada sobre su confusa vida, sobre cómo su desestructurada familia y su psiquiatra tratan en vano de ayudarle, o sobre cómo intenta, torpemente, aclararse y salir de su aislamiento. Considerada por la crítica estadounidense como una de las mejores novelas que se han publicado en los últimos años sobre Nueva York, Algún día este dolor te será útil es una aguda y emotiva novela sobre un joven capaz de cuestionarse a sí mismo, a su familia y al tiempo que le ha tocado vivir.

La verdad es que no pienso alargarme mucho porque no tengo mucho que decir. Dicho de otro modo: creo que la novela no da para más. Básicamente porque no deja de ser la típica novelilla estadounidense del siglo XXI.

Tiene bastante de (intento de) revisión de El guardián entre el centeno [en adelante, EGEEC], y creo que esto es más o menos evidente solo con leer la sinopsis (adolescente solitario, Nueva York) y con ver que el autor elige un extracto de esa novela como introducción a la suya. Blanco y en botella, vamos. En cualquier caso, quiero aclarar que no es que sea una copia actualizada de la famosísima obra de Salinger. Hay una especie de inspiración, pero considero que está varios escalones por debajo en cuanto a calidad literaria. Además, James Sveck no resulta una voz narrativa tan potente como la de Holden Caulfield (protagonista de EGEEC).

Muchas veces se dice que en EGEEC no sucede nada (algo matizable, pero bueno), pero me atrevería a decir que aquí aún menos. Quizá podríamos poner un incidente entre el protagonista y otro personaje como una especie de punto de inflexión, pero no es nada del otro mundo. Y poco más hay en la novela: anécdotas del pasado y la cotidianeidad de unos días de verano.

En cuanto a James Sveck, protagonista y narrador de la novela, pues creo que tiene y no tiene que ver con Holden Caulfied. Ambos son adolescentes solitarios de Nueva York, se siente perdidos y tienen cierta tendencia a la misantropía, pero considero que James está más cerca de ser un niño malcriado. Es como más resabiado e intransigente. Y, además, es menos brillante (sensibilidad e inteligencia) que Holden a la hora de analizar el mundo que lo rodea. Dicho sea de paso, supongo que esto se podría aplicar a los autores. Además, en el caso de James, creo que no está del todo bien trazado. Por ejemplo, hay veces que hace cosas y no hay un contexto que las justifique, como en el incidente al que he aludido antes. En un momento determinado dice que el vestido de una mujer está "pasado de moda", pero nada hace pensar que esté muy por la labor de saber lo que está o no de moda. En otro momento dice que su abuela y otra persona son las únicas personas que le gustan, pero más tarde solo cita a esa persona (quizá aquí se refería a gustar de un modo romántico-sexual, pero vamos).

Aunque esto no puedo meterlo en el saco de personaje mal trazado, quería comentar algo que dice James ya en los últimos capítulos. Piensa algo así como que puede haber una persona mirando a otra a través de una ventana y esta otra haciendo lo mismo a una tercera y así sucesivamente hasta dar la vuelta al mundo. Hombre, pues la verdad es que me parece un poco imposible, sobre todo porque hay océanos y mares separando continentes.

Como tantas otras novelas, está bien escrita pero sin más. Vamos, que la prosa es competente y resultona pero no brillante, aunque podemos entender que escribe un adolescente de 18 años (mayoría de edad en España, pero lo podemos considerar adolescente). De todos modos, para mí es peor la falta de profundidad, de reflexiones sesudas, exceptuando si acaso alguna pincelada puntual. No es un libro, al menos en mi caso, que te haga pensar mucho, valorar ciertas cosas del mundo de otra manera, etcétera. Eso sí, seguramente todo esto -y algo de acierto del autor- hace que la novela sea ágil y liviana de leer.

Por otra parte, ya que estamos, me hubiera gustado sentirme más en Nueva York al leer la novela. Pese a que se habla de los atentados de las Torres Gemelas, de alguna terminal/estación de trenes, etcétera, no he acabado de verme allí. Creo que es evidente que el autor podría haber trabajado mejor la ambientación, aunque supongo que no estaba interesado en ello.

Para ir acabando, y ya que he mencionado el personaje de la abuela y también a EGEEC, quiero comentar algo. Hay cierto paralelismo entre la abuela de James y lo que significa para él y la hermana de Holden y lo que significa para este. Digamos que, de algún modo, son dos personajes que tienen el mismo papel cada una en su novela. Incluso podríamos incluir al hermano difunto de Holden en ese paralelismo con la abuela de James.

Por último, comentar también que hay algún error en la adaptación española, como situar una determinada población (Roseville) en Kansas y luego en Texas.

Con todo, le doy un 5 sobre 10. No considero que sea una mala novela, pero no tiene mucho de Literatura. Desde mi punto de vista, es una pena que nuestras editoriales sean tan proclives a importar novelas estadounidenses (especialmente) y tan poco a dar voz a autores de aquí.

lunes, 24 de octubre de 2022

'El caso Alaska Sanders' - Joël Dicker


Aquí estamos otra vez, y hoy lo hago para rematar la serie protagonizada por Marcus Goldman. Después de traeros La verdad sobre el caso Harry Quebert [en adelante, LVSECHQ] y El libro de los Baltimore [en adelante, ELDLB], hoy vamos con El caso Alaska Sanders [en adelante, ECAS], que se ha publicado este mismo año 2022. Evidentemente, el escritor de esta novela, como de las otras dos, es el suizo Joël Dicker (Ginebra, 1985). De nada, Dicker y Alfaguara, por la publicidad que os hago.

Debo decir que esta reseña va a ser un poco diferente, y muy extensa, porque tengo que mencionar un montón de cosas de la trama. ¿Por qué? Pues porque quiero argumentar más o menos bien mi opinión sobre la novela. Aun así, trataré de ser discreto y no reventar la novela a nadie. Es por eso que eludiré mencionar algunas cosas demasiado troncales, aun obviando que mi postura sería más sólida de poder ofreceros todo eso. En cualquier caso, pediría a los más puntillosos que no lean esta reseña si aún no han leído la novela y quieren hacerlo.

SINOPSIS [Fuente: Alfaguara]:
«Sé lo que has hecho». Este mensaje, encontrado en el bolsillo del pantalón de Alaska Sanders, cuyo cadáver apareció el 3 de abril de 1999 al borde del lago de Mount Pleasant, una pequeña localidad de New Hampshire, es la clave de la nueva y apasionante investigación que, once años después de poner entre rejas a sus presuntos culpables, vuelve a reunir al escritor Marcus Goldman y el sargento Perry Gahalowood. A medida que irán descubriendo quién era realmente Alaska Sanders, resurgirán los fantasmas del pasado, y entre ellos, especialmente, el de Harry Quebert.

La pregunta que me queda después de leer esta novela es la siguiente: ¿puede ser buena una novela que necesita que el lector apague su cerebro? Reflexionen un poco sobre ello y, uno vez hecho, acompáñenme a diseccionar la novela.

Lo primero de todo es que, una vez más, ya tienes que tragar con el asesinato de una chica joven, blanca, guapa... Gracias por la originalidad, Dicker, gracias por lo rompedor de la propuesta. Pero claro, si la víctima fuera un negro de sesenta años, no le importaría a nadie. Cojonudo.

Aparte de eso, al principio del libro hubo algo que ya me dio mala espina. Admito que es una chorrada, pero yo ya me puse en alerta. Pues bien, cuando se narran hechos del 3 de abril de 1999, se menciona que quedan dos semanas para el/la maratón de Boston. Fui a Google y vi que dicha maratón, en aquel año, se celebró el 19 de abril. Hasta aquí todo bien. Sin embargo, unas decenas de páginas después, cuando se está narrando el 4 de abril, se menciona que quedan tres semanas para el maratón.

Luego llega todo el tema de la escena del crimen, que es para mear y no echar gota. Por ejemplo, se habla literalmente de "[...] larvas de moscas endémicas del lago Skotam" para justificar -vía forense- que Alaska murió allí. Claro, porque las moscas no vuelan, no se meten en coches y no pueden aparecer ni poner sus huevos a varios kilómetros del dichoso lago. De hecho, cabe mencionar que las moscas no necesitan agua para reproducirse, así que es difícil entender que haya especies que estén tan apegadas a ese lago. Pero vamos, aunque no fuera así, ya digo que las moscas aparecen aquí y allá (por eso uno se encuentra moscas en cualquier lugar). Por supuesto, aunque supongo que está basado en el lago Squam, Dicker se inventa el lago para que nadie pueda decirle que en ese lago no hay moscas endémicas. Pero sí se le puede decir lo que he dicho en este párrafo. Dicho sea de paso, fue leer esa frase y pensar: "¡Cuánto daño ha hecho C.S.I.!".  Además, si no saben exactamente cuándo murió ("entre la una y las dos de la madrugada", dice el forense), ¿cómo pueden negar la posibilidad de que muriera en la otra punta del lago? O en Mount Pleasant, por ejemplo, si pensamos en la aplastante lógica de que alguna mosca pudiera haberse alejado del lago (repito que vuelan y hasta se meten en los coches). Con esa laxitud en cuanto a la hora del crimen, es imposible negar que pudieron trasladar el cadáver unos cuantos kilómetros desde el lugar donde Alaska murió. Luego, siguiendo con el tema de la escena del crimen, vemos que se habla de barra de hierro para más tarde hablar de maza. También es curioso que no busquen el arma del crimen por la zona, especialmente con buzos en el lago (Dicker no debe haber leído Mystic River), pero es que parece que tampoco busquen huellas de pisadas. No entiendo nada.

Luego nos encontramos con que la dichosa nota del «Sé lo que has hecho» [nada pretenciosa y cliché] está impresa con un defecto. ¡Ya es casualidad! Bueno, casualmente también, dan con la dichosa impresora defectuosa. Como los investigadores iniciales de esta novela no usan el cerebro, no se les ocurre pensar que puede haber otras con ese defecto. No, en el mundo solo hay esa. Pues vale. Más tarde dan con una especie de jersey corporativo que lleva escritas las siglas M.U. Dicker nos pide (exige) que nos creamos que los policías son tan inútiles que no saben de qué va el asunto, incluso aunque hablan con gente relacionada con ello. Es más sangrante si cabe porque poco después se dice que hay miles de personas que tienen un jersey así, y se entiende que casi todos son de esa zona de Estados Unidos. O sea, es un poco como si en una comisaría de Girona nadie supiera que quiere decir el F.C.B. de una sudadera.

Seguimos avanzando en la trama. Muere una persona en su coche (cosa rara con la que hay que tragar, porque ni era una persona mayor ni nada, pero bueno). La cosa es que esta persona es familiar directo de un policía que está investigando el caso Alaska Sanders. Aunque la muerte de esa persona se cataloga como natural, ¿por qué no se procesa o registra ese coche? ¿Ni siquiera el policía en cuestión tiene curiosidad por saber si en ese coche había algo que pudo causar la muerte a ese familiar? Luego hay un cacao en una sala de interrogatorios que no hay por donde cogerlo. No puedo comentarlo mucho por lo de los spoilers, pero diré algo: casualmente, en ese momento solo hay dos policías en la comisaría.

En este punto de la novela cualquiera puede darse cuenta de que el narrador es equivocado (una vez más en esta serie de novelas). Esto se ve, por ejemplo, en los diálogos entre el sargento y su compañero que tuvieron lugar durante 1999. Pero es que el Marcus llega a reproducir conversaciones donde no estaba ni siquiera quien le habla de aquellas escenas. O sea, es como si yo reprodujera un diálogo entre Putin y el ministro de interior ruso por mediación de Pedro Sánchez. No tiene sentido, ¿no? Además, sigo pensando que Marcus Goldman no tiene carisma suficiente para llevar el peso de una novela. No sé, por ejemplo Lucas Davenport, protagonista de una larga serie de novelas de John Sandford, es otro nivel [por cierto, ¡que traduzcan más libros suyos!].

Sigamos con la trama. Aparece el típico mensaje con letras recortadas de periódico (otro cliché). Pues bien, aunque cueste creerlo por lo estúpido del asunto, tras las letras aparece parte de la dirección del emisario. Diría que también es en este tramo de la novela cuando aparece un personaje que llama "cordera" a su mujer. Sí, "cordera". No sé si es cosa de la traducción o qué, pero en fin... Poco después, si no recuerdo mal, hay un personaje que dice que cualquiera podría haber entrado a su casa para imprimir unas hojas. ¡Claro, lo típico! ¿Quién no ha estado nunca un poco aburrido y ha realizado un allanamiento de morada para imprimir unas noticias del Marca?

Por otra parte, me hizo gracia lo que se dice sobre la pena de muerte, porque Harry Quebert, en el libro que protagoniza, se quejaba del miedo a ser condenado a la silla eléctrica. Pero en esta novela, en cambio, hay un personaje que afirma que no existe la silla eléctrica en New Hampshire. Sin embargo, para rematar la faena, seguidamente se dice que el medio de ejecución es la horca. ¿En serio? ¿Desde cuándo se ejecuta a alguien con la horca en New Hampshire? El método allí es la inyección letal. La horca es solo una alternativa. De hecho, creo que en todo Estados Unidos no se ejecuta a alguien por medio de una horca desde 1996, y fue porque el acusado no quiso la inyección letal y optó por esa alternativa.

También tenemos el dueño de un bar que no puede decir si alguien estuvo allí o no cierta noche. Sin embargo, luego se sabe que aquella noche hizo un montón de fotos del interior del bar. ¿No podría haberlo dicho en su momento? No tiene sentido. Como tampoco que esas fotos acaben llegando a quien llegan.

Luego, aunque ya he citado alguna, abundar en algo típico en las novelas de Dicker: las casualidades que le vienen muy bien para tejer la trama. Por ejemplo, cuando dos chavales quieren 'fichar' por una universidad pero, curiosamente, solo hay plaza para uno de ellos. (Por cierto, ese pasaje es muy parecido a uno de ELDLB). Por cierto, este pasaje se nos menciona que hicieron una prueba que constaba de una carrera de 100 metros y otra de 4 km. Lo de los 4 km me chirrió bastante, porque no es distancia olímpica ni nada. O sea, ¿por qué no 5.000 m? O, teniendo en cuenta que están en USA, dos millas (3,2 km). Quizá es típico en Estados Unidos hacer pruebas de 4 km, pero a mí me chirrió.

Algo que ya me molestó a estas alturas de esta novela es que algunos personajes cuenten en 2010 cosas que no contaron en 1999 (evidentemente, esto ayuda a que haya trama). Me refiero a cosas que, a todas luces, podían/pueden ser importantes para resolver el caso. Como por ejemplo eso de que el novio de Alaska sospechaba cierta cosa sobre ella. Pero vamos, lo de cierto personaje ya es la leche. Se pasa ¡11 (once) años! en la cárcel, acusado de asesinato, y no le da por contar nada nunca. Además, es alucinante la cantidad de personajes que grabaron o escribieron algo en aquella época, como si ya supieran que alguien de su entorno iba a morir y quisieran añadir pistas o pistas falsas al asunto. Queda artificial.

¡Ah, la pintada de "Puta infiel"! Otro cliché estúpido y mal rematado (aquí hay otra casualidad que en fin...). También en esa parte de la novela, ojo a lo que dice Marcus, en referencia a él mismo, a su amigo sargento y a otra persona que investiga con ellos: "Pero todos sabíamos que no hay nada sin trascendencia en una investigación policial". Joder, pues tu amigo sargento ya se podría haber aplicado el cuento en 1999, cuando se dejó varios cabos sueltos (lo de "Puta infiel", lo del amante...)

Seguimos. El robo. ¡Ay el robo! Otra cosa que parece sacada de ELDLB y que, por otra parte, tiene poco sentido. Sin entrar en más detalles, ¿cómo es posible que lo cometan con un coche sin matrículas? ¿Cuándo las quitaron y volvieron a poner? Porque, hombre, un coche sin matrículas canta mucho. ¿O debemos pensar que hicieron mil kilómetros sin matrículas? Por otra parte, siguiendo con el mismo asunto, ¿por qué los investigadores no van a ver al policía que atropellaron? Me llamó la atención que no lo hicieran, como si no pensaran que podría haber descubierto quiénes lo habían atropellado y se hubiera vengado. Claro, yo pensé que quizá Dicker había pasado por alto eso, que había pasado del policía, con el objetivo de no darnos pistas de que él era quien estaba detrás de todo.

Por cierto, en este punto de la novela ya nos hemos enterado de que los investigadores se pasan los días de aquí para allá. Sin embargo, sorprende que nunca avancen nada en esos viajas, que nunca se les ocurran hipótesis, como si les gustara hacer horas de carretera en absoluto silencio (y con el cerebro apagado).

Ojo, que llegamos a una superfrase que Harry Quebert le dedica a Marcus Goldman; "[usted es] uno de los mejores escritores que haya conocido nuestro país". ¡Chúpate esa, John Steinbeck! ¿Cómo puede Dicker escribir una cosa así y quedarse tan (p)ancho? Es alucinante, absolutamente alucinante. O sea, aunque es suizo, Dicker se pone a sí mismo a la altura de los mejores escritores estadounidenses (evidentemente es él quien escribe las novelas narradas por Marcus Goldman). Como dice un usuario de GoodReads, se desprende -y no solo por esa frase- que Dicker tiene un ego que no cabe en Suiza.

Otro punto interesante: cuando, a última hora, la antigua compañera de Alaska se acuerda de cierta impresora. Así, sin venir a cuento. Esos 'trucos de magia' restan credibilidad a la novela y resultan molestos. Igual que otro aspecto de la novela: la arbitrariedad en el conocimiento entre los vecinos del pueblo. Quiero decir que es como que hay gente que es conocida en la localidad y gente que no. Esto pasa en la vida real, pero no con la arbitrariedad que aquí se manifiesta. Al final, uno no sabe si Mount Pleasant es un pueblo de doscientos habitantes o una ciudad de diez mil.
 
Más. A los investigadores les hablan de un coche azul, que, a todas luces, es clave en la investigación y no son capaces de preguntar qué clase de azul era (celeste, marino...) ni cómo era el coche más allá de eso (grande, pequeño, etc.). Luego está el supuesto asesino que trata de matar a una persona porque sabía cosas sobre el caso, pero lo cojonudo es que lo hace una vez ya hay un condenado por el crimen. ¿Qué necesidad tenía? Ya habían culpado a otro, quien no podía cometer un asesinato porque estaba en la cárcel. O sea, era ponerse en el foco tontamente. Otro aspecto: los padres de una chica conservan libretas de su hija durante doce años y ¿tiene que ser el sargento quien descubra que hay algo importante ahí? La policía también parece que estaba desaparecida en 1998, pero bueno.

Seguimos. Hay un momento en el que buscan casas con ciertas características porque quieren encontrar a alguien que, doce años atrás, cuando andaba por los 50 años, vivía en una así. Lo gracioso del tema es que descartan algunas de ellas porque sus habitantes son demasiado jóvenes o viejos. Claro, muy normal, porque no puede ser que doce años después sea un hijo quien vive allí. Por ejemplo. No sé, ¿una persona tiene que vivir desde los 0 a los 80 años en la misma casa? Luego es curioso que, pese a que están buscando la casa por cierta localidad, no sepan que hay una isla habitada al lado de la población en cuestión. ¿No saben usar Google Maps? Por cierto, en esa isla de dos mil habitantes (según nos dicen) hay una "ciudad". Una ciudad de dos mil habitantes, OK. 

Por otra parte, es gracioso como el universo hace un clic cuando los investigadores se van a ir de los sitios. He comentado lo de la compañera de Alaska, pero no es el único caso. Es como ir a una discoteca a ligar, fracasar en el intento, para luego triunfar cuando estás abriendo la puerta de casa. Y, además, que esto se repita al día siguiente. Muy lógico todo. También resulta artificial que alguien que precisamente no es pobre conduzca el mismo coche que hace doce años. Pero bueno, como a Dicker le va bien que sea así, nos tenemos que creer que los investigadores han dado con uno de los tres únicos ricachones estadounidenses que siguen conduciendo el mismo coche que doce años atrás.

Más avanzada la trama, detienen a la persona que llevan mil horas buscando por el asesinato de Alaska, aunque es evidente que no es él (demasiado fácil, digamos), y lo detienen por ello sin ninguna pista sólida. Pero no es solo que lo detengan, ¡es que hasta cierran el caso! Coño, Dicker, que se note que estudiaste Derecho. Luego están las coartadas que descubren -tarde, claro, porque si no no habría trama- y que son de risa. Casualmente, hay un tipo en cuestión que estuvo en ceremonias las dos noches clave de la investigación. Joder, ¿pero se pasaba la mayoría de días en bodas y galas o qué?

Vamos con otra de las superfrases de la novela: "[...] aunque Xxx se acostara con una xxx tres décadas más joven que él". Pero vamos a ver, si coges los datos que nos hacen tener referencias de la edad de ambos personajes (los 15 años que se lleva con su mujer, los 10 años entre su mujer y Alaska y que Alaska era algo menor que la chica esta), se deduce que no se llevaban más de veinticinco años. En fin, uuuuuna más de Dicker. Cojones, Dicker, crea un documento con las fechas de nacimiento de los personajes. No es tan difícil.

Luego se nos cuenta una historia de amor que se nos cae de primeras. ¿Por qué? Porque anteriormente se nos había contado que una de las personas tenía un lío con otra persona. Es el peligro que tiene (la pretenciosidad de) ir sumando piezas a una novela: acaba siendo casi imposible que todo encaje bien. Es verdad que luego Dicker nos deja caer que aquello solo era como un entretenimiento. Ya, claro, lo dices ahora.

Por otra parte, me gustaría saber cómo y dónde se arregla un coche maltrecho después de atropellar a un policía con él. Es otro punto más donde vemos la artificialidad de la novela, porque además hay dos casos iguales en la novela y si tratan de forma muy diferente (exigencia de guion, claro). En el primero se nos hace saber la dificultad que tiene esto, pero en el segundo caso no se nos comenta nada. Es algo que hacen sin más, como si uno se comprara una bolsa de pipas.

En cuanto a la identidad del asesino no voy a comentar básicamente nada (por motivos obvios), pero la verdad es que yo, cuando se descubrió el pastel, me resistí a creer que era esa persona. No sé, esperaba algún giro más, sobre todo teniendo en cuenta los giros y regiros de LVSECHQ. En cualquier caso, aunque me dejó un poco frío, creo que esa resolución del caso está mejor que la de LVSECHQ. Eso sí, prácticamente es la única mejora que percibo, cosa que resulta un poco triste. Si bien podría apuntar que se agradece la nula presencia de la insufrible madre de Marcus, aunque se hace extraño que Dicker la borre del mapa como si nunca hubiese existido. Supongo, claro, que tiene que ver con que muchos lectores de LVSECHQ criticaron ese aspecto.

En los últimos estertores de la novela se nos deja caer un nuevo caso a investigar. Por supuesto, la muerte de otra chica joven (17 años). O sea, igual que Nola (15 años) en LVSECHQ y que Alaska Sanders (22 años). Por cierto, en cuanto a ECAS, se nos deja caer que también la están adaptando al cine. ¡Claro, Dicker, son novelas tan buenas! Por cierto, suponiendo que haya novela sobre el caso de la chica de 17 años, espero que el "sargento" y el "escritor" hayan dejado de dirigirse así entre ellos todo el rato (cosa que ya pasaba en LVSECHQ), porque parece que tienen once años y resulta insufrible.

En cuanto a la estructura, el estilo y esas formalidades, hay varias cosas a comentar. Por ejemplo, no entiendo esa necesidad de que un diálogo vaya a revelar algo y se pase a contar ese momento en plan narrador omnisciente. Pero bueno, ya digo que estamos ante un caso claro de narrador equivocado. En cualquier caso, creo que Dicker sí se maneja bien en el ir y venir entre escenas y tiempos narrativos, aunque a veces se valga de artificios y casualidades para ello. Por desgracia, esa estructura general de diálogo más escena incorporada (que suelen tener bien de diálogo también) no alcanza para dar una buena atmósfera a la novela. Creo que hubiera estado bien recortar diálogos -que tampoco son una maravilla- y trabajar en esa atmósfera (¡y aportar profundidad!), con descripciones de ambientes, de personajes, etcétera. Hubiera resultado una novela menos artificial. La prosa, en general, es correcta (no brillante). Eso sí, me ha chirriado el uso de flechas, como si fueran los apuntes de un estudiante y no una novela. No sé, ¿no era capaz de narrar los hechos de una forma natural?

En cuanto los personajes, es un poco lo ya visto en novelas anteriores de Dicker. Resultan artificiales, como demasiado dirigidos en pos de la trama (son una comparsa de ella), sin vida propia. En general, resultan planos, sin casi profundidad, como poco trabajados. Por ejemplo, las madres de los personajes son un poco iguales y los padres parecen más bien comparsas. Tampoco se los describe mucho: ¿Son altos o bajos? ¿De qué color tienen el pelo? No tiene mucha importancia, pero son detalles que generan realismo y riegan la novela de una atmósfera. Más importancia tiene la descripción psicológica, pero ahí Dicker hace su trabajo aún peor. Es por eso que cuesta empatizar con los personajes (así como, repito, que falte profundidad). Creo que estaría bien que leyera algo del gran Dennis Lehane, que sí es un maestro en la construcción de personajes (qué fácil es empatizar con los personajes de Mystic River, por ejemplo).

Por otra parte, soy de la opinión -y, por reseñas que he leído, creo que somos muchos- de que a esta novela le sobra una cantidad ingente de páginas. Por ejemplo, la primera parte, la de la investigación inicial, se podría haber resumido. El pegote de los sosos amoríos de Marcus creo que sobra bastante (además, se supone que en esta época él estaba muy enamorado de Alexandra, y lo digo porque ELDLB va bastante de eso,). Las constantes alusiones a LVSECHQ y ELDLB ya ni digo lo que sobran (¡qué descaro de autobombo!). Y el pegote de las apariciones en escena del pesado de Harry Quebert, siempre un tanto esperpénticas, pues ya tal.

Resumiendo, a esta novela le sobra artificialidad y pretenciosidad (trama demasiado rebuscada, por ejemplo). Se puede escribir una buena novela policiaca sin tantos saltos (temporales, espaciales, etc.) y cabriolas. No es necesario (marear y) buscar sorprender al lector todo el rato y, de hecho, es contraproducente cuando algunas de esas sorpresas o sus coyunturas no están bien construidas. Eso ya lo tenía LVSECHQ, la verdad, pero creo que era una novela más conseguida, menos incongruente. Por lo que había visto (tiene un 4,32 sobre 5 en GoodReads), pensaba que esta sería igual o incluso algo mejor. Sin embargo, a mí me parece claramente peor y ha sido bastante desquiciador, porque, cuando quería olvidarme de una incongruencia o un mal golpe de efecto, aparecía otro. Así pues, prácticamente no la he disfrutado. No puedes repetir los mismos ingredientes (leitmotiv, estructura, etc.) y encima cocinarlos creyéndote aún mejor pero, en cambio, haciéndolo peor. Vamos, para mí resulta impactante para mal. Es que, desde mi punto de vista, incluso baja el nivel con respecto a ELDLB (la misma inquietante falta de profundidad, eso sí).

Pero bueno, espero que en la próxima novela, que dudo que lea, ya no repita la fórmula. Que, por cierto, también me ha recordado un poco a un capítulo cualquiera de la embriagadora serie Cold Case (Caso abierto en España), pero menos congruente, más enrevesada y con menos atmósfera. Lo digo porque resolvían crímenes antiguos hablando con antiguos familiares, etc. y te iban poniendo flashbacks. O sea, básicamente es la misma estructura, pero en esta novela no funciona tan bien. 

Considero que es una pena que tanta gente alabe esta novela sin detenerse a pensar en todo lo que yo he comentado aquí (y en alguna que otra cosa más). Esto hace que baje el nivel de lo que se publica y consume. También que no se preste atención a otros materiales literarios mejores. Por ejemplo, es una pena que se publique y se venda tanto -con mucha mercadotecnia, claro- esta novela y, en cambio, solo se hayan traducido al español unas pocos novelas de John Sandford. En fin, yo no sé hacia dónde se dirige la literatura, pero prefiero no saberlo.

Para los amantes de las notas, decir que le doy un 4 sobre 10. No puedo aprobarla debido a la artificialidad, la repetición de la fórmula, la vacuidad de los personajes, la pretenciosidad o la falta de profundidad. Tampoco le doy un 2 o algo así porque no puedo decir que sea un completo desastre. Al menos se lee con facilidad (con tanto diálogo es normal, pero bueno).

[Bueno, pues dejamos esto por aquí. Próximamente volveré a las reseñas más cortas, que no tengo tiempo para esto y tampoco quiero aburrir a nadie. Gracias por la atención, en cualquier caso.]

jueves, 22 de septiembre de 2022

'Mientras agonizo' - William Faulkner


En esta ocasión, os traigo Mientras agonizo, una novela del estadounidense William Faulkner (1897-1962; Premio Nobel de Literatura en 1949) publicada originalmente en 1930 bajo el título As I Lay Dying. Es decir, solo un año después de El ruido y la furia (The Sound and the Fury).
 
SINOPSIS [Fuente: Anagrama]:
Es la quinta novela de Faulkner, y uno de los libros por los que sentía más aprecio. Lo escribió en seis frenéticas semanas, de madrugada, mientras trabajaba como bombero y vigilante nocturno. Relata la peripecia de una familia de blancos pobres, los Bundren, que recorren los parajes rurales del Sur con el cadáver de la esposa y madre en un ataúd para enterrarla en una parcela de su propiedad. La aventura tragicómica está narrada mediante los monólogos interiores de los personajes: el patriarca familiar, los hijos y la propia muerta. Y es en este viaje que Faulkner introduce las obsesiones que fecundan su literatura: la decadencia del Sur, el viaje iniciático, la culpa que atormenta a los personajes, la transgresión y su castigo, el peso opresivo del pasado.

Estamos ante una novela poco ligera, tanto por su estructura como por su prosa. Dicho de otra manera: es de esas novelas que requieren mucho al lector y que no están hechas para leer en la playa. A nivel estructural, nos vemos envueltos en una suerte de narración coral, construida con un total de 59 extractos de 15 personajes diferentes. Esto, evidentemente, ya hace que nos encontremos ante una novela poco común. Más allá de lo novedoso que pudiera ser en su día y del derroche técnico que pueda suponer (creo que esto se ha sobrevalorado), este tipo de narración hace que veamos ciertos hechos desde perspectivas diferentes. A mí esto me parece interesante y atractivo. Por contra, debo decir que hay algún caso concreto en que esto solo sirve para repetir lo ya narrado.

Hay gente que dice que es una novela tragicómica. Yo no lo veo así debido al poco sentido del humor que he visto en este libro, teniendo en cuenta el negro y el resto de colores. Si acaso he detectado alguna pincelada por ahí perdida, de esas que uno no sabe si calificar de agua o calimocho, pero no creo que haya sentido del humor en abundancia ni que se acerque a tal cosa. Básicamente, a mí me parece una novela oscura, inquietante, deprimente y perturbadora (que no son adjetivos despectivos al hablar de una novela).

Los personajes en general y los Bundren en particular son... Bueno, aquí encajaría bien una onomatopeya. A nivel de "Me gustaría que este tío fuera mi amigo" pues como que no. Su adustez, arrogancia, egoísmo, su sentido del orgullo, su hurañía... No sé, es difícil conectar con ellos, aunque seguramente el peor de todos sea Anse (el padre). También ocurre que vemos un pequeño fragmento de su vida, por lo que no podemos entender sus hechos actuales basándote en algún hecho pasado (excepto por alguna revelación puntual que se nos hace). Me hubiese gustado saber más de ellos y entenderlos mejor, sobre todo a Anse y a Darl. No queda del todo claro por qué ocurren cosas que ellos protagonizan ni de dónde surgen, aunque lógicamente uno se puede hacer sus ideas. En cualquier caso, tal vez esto sea pretendido por Faulkner, en esa línea de no dar todo hecho al lector. 

Una cosa que me ha sorprendido de la novela no pertenece a ella en sí misma. Me explico. Había leído en numerosas reseñas que la novela iba del viaje que hacen los Bundren con el ataúd de la madre, por lo que yo había supuesto que la madre muere a las primeras de cambio. Sin embargo, iban pasando las páginas, y Addie seguía vivía. Claro, pensad que en mi mente cada vez resonaba más un "¡Pero cuándo se va a morir!". Pues bien, lo hace cuando la novela cubre el primer tercio (aproximadamente).
 
En cuanto a la trama general, debo decir que, sin parecerme nada del otro mundo, me ha resultado más o menos entretenida. Eso sí, debo confesar que me costó meterme en ella, pues a veces no sabes de qué personaje se está hablando (en ocasiones tardan un poco en revelártelo, de forma innecesaria a mi entender) y porque tampoco conoces (aún) a los personajes y no sabes si un personaje es miembro de la familia, vecino o qué. Bueno, y también por la densidad de la prosa. Además, al hilo de lo expuesto en el anterior párrafo, a mí se me ha hecho un poco pesada hasta la muerte de la madre. Quizá el autor podría haber aligerado esa parte y haber añadido algún flashback, pero qué sabré yo. Luego, el episodio del río creo que también se alarga innecesariamente. Afortunadamente, la parte final del libro se me hizo más amena.

Sobre la prosa, decir que me ha parecido densa en muchos pasajes, siendo quizá excesiva en algunos de ellos. La prosa de la parte final de la novela me ha resultado más liviana. Quizá el autor se cansó de escribir de aquella manera o quizá yo me acostumbré. En cualquier caso, es bastante evidente que este señor escribía bien. Ahora bien, a mí me parece que se preocupaba demasiado del estilo y la técnica (y la estructura). Quizá le saliera así de un modo muy natural, yo qué sé, pero si él mismo dijo que escribir esta novela había sido un tour de force...

También quiero apuntar, aunque está relacionado con el párrafo anterior, que la novela es muy rica a nivel léxico. O sea, es fácil que uno salga de la novela habiendo aprendido unas cuantas palabras.

En cuanto a eso tan humano de poner una nota, debo decir que es una de esas veces en las que no tengo un número bien claro. No sabe uno cómo valorar esta novela, pues fue escrita hace casi un siglo y uno no puede saber el impacto que supuso en aquella época. Si se publicara hoy, probablemente se valoraría menos, pero hay que tener en cuenta el peso histórico de las obras artísticas. Yo tengo en mente el 7'5, pero sucede que valoré La familia de Pascual Duarte con un 7. ¿Qué quiero decir con esto? Que la novela de Cela me parece muy a la par de la Faulkner a nivel de calidad literaria, así que me chirría ese medio punto de diferencia. En fin, disonancias vitales.

Me queda por apuntar que es probable que algún día me atreva con El ruido y la furia, pero dependerá sustancialmente de cuánto tiempo logre mantenerme vivo.

Bueno, queridos lectores, que os sea leve el otoño.

jueves, 15 de septiembre de 2022

'El libro de los Baltimore' - Joël Dicker


[Ya llevaba más de cuatro meses sin actualizar esta cosa. No es que haya dejado de leer, es que la vida me ha llevado por otros derroteros. En fin, pasen y lean.]

En esta ocasión voy a hablaros de El libro de los Baltimore, una novela publicada originalmente en 2015. El autor no es otro que el escritor suizo y francófono Joël Dicker, un escritor bastante joven -nació en 1985- que vende libros como quien inhala y exhala. De hecho, rompió moldes con un libro que ya reseñé por aquí: La verdad sobre el caso Harry Quebert [en adelante, LVSECHQ], publicado originalmente en 2012.

SINOPSIS:
«Si encontráis este libro, por favor, leedlo. Querría que alguien supiera la historia de los Goldman-de-Baltimore.»
Hasta que tuvo lugar el Drama existían dos ramas de la familia Goldman: los Goldman de Baltimore y los Goldman de Montclair. Los Montclair, de los que forma parte Marcus Goldman, autor de La verdad sobre el caso Harry Quebert, es una familia de clase media que vive en una pequeña casa en el estado de Nueva Jersey. Los Baltimore, prósperos y a los que la suerte siempre ha sonreído, habitan una lujosa mansión en un barrio de la alta sociedad de Baltimore.
Ocho años después del Drama, Marcus Goldman pone el pasado bajo la lupa en busca de la verdad sobre el ocaso de la familia. Entre los recuerdos de su juventud revive la fascinación que sintió desde niño por los Baltimore, que encarnaban la América patricia con sus vacaciones en Miami y en los Hamptons y sus colegios elitistas. Con el paso de los años la brillante pátina de los Baltimore se desvanece al tiempo que el Drama se va perfilando. Hasta el día en el que todo cambia para siempre.

A los que buscan titulares, podría darles uno: el libro me ha parecido una americanada escrita por un suizo.

Pero bueno, vamos a ponernos manos a la obra con el análisis. La novela empieza un poco de aquella manera, con un anzuelo que consiste en dejarnos caer la existencia del "Drama" que sufrió la familia Baltimore (los Goldman de Baltimore realmente). No sigue mejor porque aparece un perro muy caprichoso al que le gusta perderse para reunir viejas parejas (¡qué verosímil!). Seguimos sin remontar el vuelo, pues se nos presenta a una exnovia del protagonista bastante especial. No es que la chica sea una cantante más o menos conocida (rollo Vanesa Martín en España, por poner un ejemplo), ¡es que es la diva de divas del mundo mundial! Ya puestos, Dicker podría haber resucitado a Marilyn Monroe para hacer ese papel de exnovia. Luego nos introducimos en el mundo de "los Baltimore". Por si no teníamos suficiente con la diva de divas, los Baltimore (o Cursimore) son la familia más maravillosa del universo. Tienen trabajos envidiables, ganan mucho dinero, son muy listos, muy guapos y todo lo hacen bien. 

A partir de ahí, el libro me ha parecido lento y reiterativo, haciendo hincapié en los maravillosos que son los Goldman de Baltimore y dejándonos caer una, otra y otra vez lo bonito que sería poder ser uno de ellos. Esto lo hace hablándonos del tiempo que pasaba con ellos en su infancia y, luego, en su adolescencia. Poco a poco, según se van haciendo mayores esos niños, la novela se convierte en una especie de relectura de Las ventajas de ser un marginado. Pero bueno, esa parte de la novela, que es más o menos la troncal, está llena de paja. O sea, sobran páginas. No es que yo sea contrario a las novelas largas, pues Cualquier otro día (Dennis Lehane) o Al este del Edén (John Steinbeck) están entre mis novelas favoritas, pero no es plan de escribir una novela larga porque sí. 

Luego llega la parte que a mí me ha resultado más aburrida y pesada del libro, que es la que refleja los años universitarios de los muchachos. Me resultó que ahondaba en cosas que ya había tocado cuando narraba la infancia y adolescencia, aportando poco a la historia. Este tramo del libro tiene un poco de versión contemporánea de Caín y Abel, o más bien de buena parte de la trama del ya citado Al este del Edén (quizá no por casualidad, Dicker menciona a dicho autor en esa parte de la novela). Por otra parte, en dicho tramo de la novela surgen dos personajes llamados Colleen y Luke. ¿Por qué los menciono? Porque me parece que su historia no hay por dónde cogerla. O sea, es artificial, cliché, pretenciosa (¡qué malo es el tío!) e inverosímil. A mí me recordó vagamente a El cartero siempre llama dos veces. Como tantas veces en el negro sobre blanco de este escritor, en un momento dado, hay un encuentro entre los dos bastante casual. Pero bueno, esa parte de la novela tiene alguna casualidad más. Por ejemplo, una ventana accesible desde la calle que está abierta por Dios sabe qué. O lo mismo con una bolsa que se rompe. Ese fragmento me recordó a los hechos que ocurren una habitación de hotel en LVSECHQ. Además, los personajes demuestran bastante ingenuidad en esa vertiente de la novela. 

Más tarde llega un pasaje que me ha recordado a la interesante película La última noche (originalmente, 25th hour), de Spike Lee, pero en el caso de esta novela sucede tras una condena por asesinato (se me hizo raro). Pero bueno, al menos la novela empieza a coger ritmo e interés y ya es fácil acabarla del tirón. Por desgracia, lo que surge de ahí es un poco más de lo mismo: una narrativa más o menos entretenida pero a base de clichés, como sacada de uno de esos thrillers de sobremesa que emiten en Antena 3, así como más comportamientos absurdos e ingenuos por parte de los personajes. Quizá, además, como demasiado atropellado. Es así como llegamos al tan cacareado "Drama", que es un poco lo que te esperas desde lejos pero que no quieres que suceda. ¿Por qué digo esto último? Porque es poco original, poco especial, incluso torpe. Las páginas que quedan después de esta revelación resultan un añadido entre poco y nada sustancial.

Uno de los problemas de la novela, al margen de todo lo ya comentado, es que tiene un narrador equivocado. ¿Por qué? Porque Marcus Goldman no puede saber ciertas cosas. Esto resulta evidente cuando nos habla de Luke o de los sucesos que desembocan en el "Drama". ¡No puede conocerlos! ¡No tiene forma alguna de hacerlo! ¿Es que nadie se ha dado cuenta de eso? ¿Hay que entender que hay cosas que suceden en la novela, sobre todo conversaciones, que son invención del propio Marcus? No sé, lógicamente, hubiese sido lo suyo emplear un narrador externo, el típico narrador omnisciente. Por otra parte, se ve poca conexión entre el Marcus Goldman de LVSECHQ y el que aparece en esta novela. De hecho, parece que Joël Dicker reescribe el personaje de su madre. Y dicho sea de paso, sigo pensando que a Marcus Goldman le falta carisma para ser narrador y llevar todo el peso de la novela sobre sus hombros. Pero, en fin, parece que lo rescató para la causa por el tirón de su otra novela (aún así, podría haber utilizado un narrador externo para contar la historia).

Otra cosa que no me ha gustado es que los personajes parecen ser meras piezas de ajedrez para Dicker. O sea, los mueve a su antojo y no se les ve vida propia, algo que sí sucede en grandes novelas. En este sentido, recuerdo unas palabras de Camilo José Cela: "En La familia de Pascual Duarte, yo escribí un guion. Pero, antes de llegar al final del primer capítulo, pues resulta que el personaje ya se me había ido por otro lado". Aunque sus palabras continúan, creo que ese fragmento ya dice bastante.

Apuntar también que el asunto del nombre del estadio me ha parecido que sobraba un poco. No es muy verosímil y lo que se esconde tras ello resulta pobre y hasta ridículo. Dicker quiere crear suspense con el por qué del nombre, pero luego no hay prácticamente nada detrás. Por tanto, a mi entender, fracasa en ese aspecto de la novela.

Sí le reconozco a Dicker su buen manejo de los saltos temporales y el trabajo que hay detrás de ellos. Por desgracia, resulta tramposo que cambie de tiempo narrativo con la arbitrariedad con la que lo hace. Antes de revelarte algo, se va al presente o al pasado. Solo busca crear suspense, claro, pero hacerlo así es hacerlo de manera artificial. Por otra parte, es repetir la fórmula ya empleada en LVSECHQ. ¡Y que ha vuelto a repetir en El caso Alaska Sanders (publicado este mismo año)!

En cuanto a la capacidad narrativa general del autor, decir que me parece correcta pero no brillante. Es como si escribiera con el piloto automático, en vez de hacerlo con garra, poniendo todo su corazón y llevando sus neuronas al límite. Es mi percepción. Además, noto cierta inmadurez en él. No sé, la forma de contar algunas cosas, algunos caminos que siguen los personajes, etcétera me hacen pensar en alguien que aún no ha superado mucho la adolescencia (adviertan que esta etapa de la vida tiene mucho peso en sus novelas). Pero bueno, aquí estoy haciendo un poco de psicoanalista y puedo equivocarme. Lo que tengo claro es que, por desgracia, no he observado una evolución en él si ponemos LVSECHQ como referencia.

Así pues, si valoré LVSECHQ con un 6 (sobre 10), en el caso de El libro de los Baltimore no puedo pasar del 5'5, siendo más bien un 5 pelado. A mi juicio, es peor novela, con un tufillo a refrito que tira para atrás (ya he citado algunas referencias) y con una falta de profundidad casi desconcertante (está bien que cite a Steinbeck, pero ya podría aprender algo de él).

Como tengo previsto leer El caso Alaska Sanders, por razones que no vienen al caso, veré si ahí sí hay una evolución. Pero antes de hablaros de ella, espero traeros la reseña de otra novela.