jueves, 2 de febrero de 2017

'La víctima callada' - John Sandford

[Por fin vuelvo a publicar en este humilde blog. Podría haber traído alguna cosilla antes de retomar el blog con esta crítica/reseña, pero no me ha aparecido oportuno.]

En esta entrada hablaré de la novela La víctima callada (Silent Prey, 1992), del escritor estadounidense John Sandford. Antes de nada, decir que se trata de la cuarta novela protagonizada por el detective Lucas Davenport... y la segunda que tiene al (psicópata) doctor Bekker como eje principal (más allá del detective Daverport, claro). Así pues, está bien leer las tres novelas anteriores de la saga antes de ponerse con esta, y sobre todo leer la inmediatamente anterior: Los ojos de la víctima (Eyes of Prey, 1991). De todos modos, se puede leer perfectamente sin haber leído ninguna de las novelas anteriores, incluso sin haber leído esa tercera entrega de la saga (aunque recomiendo leerla).

SINOPSIS:
Bekker ha vuelto. Varios cadáveres que llevan su sello particular: cuerpos sometidos a todo tipo de mutilaciones… Mientras, desde las páginas de algunos periódicos arrecian los delirantes artículos del propio Bekker, empeñado en demostrar a la comunidad científica que es posible llegar a comprender el misterio de la muerte. Pero aquellos no son los únicos asesinatos con los que tiene que vérselas la policía de Manhattan, pues a ellos se les suma otra serie de muertes, perpetradas por un no menos enfermizo Robin Hood decidido a limpiar la ciudad de indeseables...

Bekker. Otra vez el psicópata del doctor Michael Bekker. Pero nos encontramos con un Bekker distinto, un Bekker incluso más desatado e ido que el que nos encontramos en Los ojos de la víctima. Ahora bien, creo que el personaje pierde algo de fuerza respecto a la entrega anterior. No sé, me parece un Bekker más sobrio, y sus acciones no transmiten tanto interés. Se puede pensar lo obvio: el personaje ya está algo gastado y bla-bla-bla. Bueno, es una posibilidad, pero no creo que sea tanto eso como que el autor, en esta entrega, no ha sabido darle cierto golpe de efecto. Quizá también hay otro quid de la cuestión, pues creo que esta novela, a diferencia de la anterior, se centra más en la policía que en Bekker. Y personalmente, en este tipo de novelas, casi me interesa más el asesino que la investigación policial.

Por otra parte, la investigación policial no se centra solo en Bekker, sino también en los asesinatos perpetrados por ese alguien al que llaman Robin Hood -no acabo de entender ese nombre, pero bueno- que está acabando con los maleantes neoyorquinos. Aquí el autor nos mete en ese trillado dilema -quizá no tanto en 1992- de si es lo suyo matar a un violador/asesino o no. La verdad es que esa cuestión me interesa muy poco, pero habrá a quien le parezca un eje interesante. A partir de ahí, pues no sé, me interesa poco quien esté matando a los maleantes neoyorquinos; y básicamente por eso, porque me interesa poco si están matando o no a un violador o un asesino... del que tampoco sabemos gran cosa. No sé, me parece que esos asesinatos -y esa trama en sí misma- quedan demasiado distantes del lector.

Con todo, el eje que representa el detective Davenport me ha parecido lo suficientemente bueno, fuerte y sólido como para que la novela esté lejos de hacer aguas. No sé, creo que es un personaje que tiene suficiente carisma como para llevar el peso de una novela. A mi juicio, sus idas y venidas y dimes y dirites con las mujeres resultan bastante interesantes. En el caso de La víctima callada, Davenport 'se mueve' un poco entre dos mujeres y se hace difícil saber hacia dónde va a ir su vida sexual y sentimental. Bueno, es como un extra que tiene la novela. Un extra, por otro lado, un poco obligado al ser una saga literaria que gira entorno al propio Lucas Davenport.

Además, la buena mano de John Sandford, una vez más, resulta notablemente complaciente y efectiva (desde cierta sobriedad). Sabe contarnos las cosas, sabe llevarlas, y sabe guiarnos. Es un gran escritor, sin duda, y de esos que además saben manejar muy bien la intriga. Sin duda, un maestro de la novela negra (aunque, lamentablemente, poco popular en España).

En cuanto algunos detalles de la novela, decir que hay alguna cosa que me ha resultado un poco chocante, en plan de decir "¡¿Pero cómo no...?!", sobre todo en cuanto a la investigación criminal... Pero claro, yo soy de la generación del C.S.I. y demás, y estamos hablando de una novela que vio la luz en 1992, cuando digamos que los ordenadores empezaban a ser ordinarios (de hecho, a diferencia de la anterior novela, los ordenadores tienen bastante peso en esta obra). Entonces, bueno, hay que tener claro que uno está leyendo una novela escrita hace un cuarto de siglo. Por otra parte, aunque es un detalle casi insignificante, me ha enervado un poco el hecho de que se abuse de "Jesús" (sobre todo), "Cristo" o "Jesucristo" a modo de interjección. No sé, métele un "Joder", ¿no? Pero bueno, quizá también tenga que ver con aquella época.

Con todo, para mi gusto, creo que La víctima callada es algo más floja -y diría que menos sórdida y oscura- que Los ojos de la víctima. Quizá se podría decir que tiene una atmosfera menos potente y perturbadora. Aún así, me atrevo a decir que también es muy buena. Sin que sirva de precedente, estoy bastante de acuerdo con las notas que los lectores les han puesto en GoodReads (a 2 de febrero de 2017): medias de 4,18 -sobre 5- en el caso de Los ojos de la víctima (Eyes of Prey) y de 4,13 en el caso de La víctima callada (Silent Prey).

Por cierto, para los que hayáis leído Los ojos de la víctima y luego La víctima callada: ¿no habéis echado de menos a Hermosura? (entiendo que no aparezca, pero...)

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