En esta entrada voy a reseñar la novela Galveston del estadounidense Nic Pizzolatto (Nueva Orleans, 1975). Quizá os resulte un nombre familiar, ya que es el creador de la afamada serie True Detective (yo no la he visto). Galveston, eso sí, es anterior: salió a la luz en 2010, mientras que la serie se creó en 2012 y se estrenó en enero de 2014. Por otra parte, Galveston cuenta con una adaptación cinematográfica estrenada en 2018.
Alto, corpulento, con barba y melena, sombrero de ala ancha y botas de cowboy, el texano Roy Cody lleva unos años ejerciendo de matón profesional en Nueva Orleans. Roy es un tipo tranquilo, comprensivo, capaz de ver el lado filosófico de las cosas, lo cual no le impide ser implacable cuando la ocasión lo requiere. Pero su vida da un giro radical el día que le diagnostican un cáncer avanzado. De pronto, sus puntos de referencia se trastocan, y el relieve de la realidad cobra una nueva dimensión. Ante la sospecha de que su jefe, el poderoso extorsionador Stan Ptitko, quiere quitárselo de encima, Roy se despoja de sus ataduras e inicia una frenética carrera hacia un horizonte desconocido, donde su encuentro fortuito con una joven desamparada le brindará, tal vez, la ocasión de darle un nuevo sentido a su existencia.
Supongo que es interesante señalar que es una novela que narra, de forma alternativa, hechos ocurridos en 1987 —la mayor parte de la novela— y en 2008. Eso es objetivo, lo que sería más subjetivo es qué etiqueta se le ajusta más: ¿novela negra?, ¿thriller?, ¿novela de carretera?, ¿drama? Incluso tiene cierto aire a novela del realismo sucio. Pero bueno, supongo que la etiqueta no tiene mucha importancia. Lo que puedo decir que, según he ido leyendo, es me han venido ecos de novelas de Edward Bunker y de Dennis Lehane (sobre todo La Entrega y Después de la caída, que son posteriores a esta), así como de la novela Carter de Ted Lewis. Incluso veo paralelismos con Pregúntale al polvo de John Fante y con Mooch de su hijo Dan Fante. Y si nos vamos al cine, pues lo mismo, con películas como No es país para viejos (adaptación de una novela homónima de Cormac McCarthy), El protector (la protagonizada por Liam Neeson, que es del 2021) o Secuestro, película estadounidense de 1997.
Galveston es una novela cruda, trágica y gris, protagonizada por dos personajes (Roy y Rocky) que parecen tener un imán para lo trágico o desgraciado (lo cual quizá sea un poco pretencioso); están marcados trágicamente por el destino y encima parecen tener cerradas las puertas de la redención. En ese sentido, como La familia de Pascual Duarte. Pero bueno, hasta ahí, digamos que bien. Sin embargo, creo que Pizzolatto no logra dotar la novela de una gran profundidad. Otro problema que observo es que la fábula o trama argumental no termina de arrancar. En cierta manera, lo hace muy pronto (creando ciertas expectativas), pero no acaba de desarrollarse. Esto quizá no sería un problema si no fuera porque carece de destellos de originalidad, de contener algo que suene a no leído/visto. Por tanto, ante mis ojos, la novela ha ido transitando con aires insulsos, si bien debo decir que me ha entretenido ligeramente. A mi entender, el tramo del motel se alarga demasiado, porque tampoco aporta gran cosa; lo de esa familia resulta un tanto gratuito y fuera de lugar, igual que lo que sucede entre Rocky y Lance, o incluso entre Roy y Tray. Aun así, creo que el mejor pasaje de la novela está dentro de ese tramo, si bien sucede cuando Roy se va por ahí: me refiero a la escena entre él y Loraine. Además, me parece una novela un tanto dirigida, donde los personajes no tienen la fuerza suficiente como para salirse del guion o esquema que probablemente tenía Nic Pizzolatto. Ejemplo de ello me parece la llamada que Roy hace al médico. O que coja ciertos documentos y que haga lo que hace con ellos. Incluso la conversación entre Roy y el abogado, ya cerca del final de la novela. De hecho, me parecen situaciones que rozan el ridículo.
En lo referente a lo estilístico y estético, me ha llamado la atención que es una novela escrita a base de párrafos (muy) cortos. Es una prosa más o menos cruda y directa, tal vez cinematográfica, y un tanto sucia (en la línea, ya digo, del realismo sucio). Además, he notado que presta mucha atención a cosas como los olores y, sobre todo, luces y colores. De hecho, la palabra "olor" aparece un total de 25 veces, pero es que "luz" aparece un total de 74 veces. Por su parte, "color" aparece 22 veces, y hasta 39 veces si tenemos en cuenta palabras derivadas de esta como "colores" o "descolorido". Y ojo a las veces que se mencionan palabras que hacen referencia a colores: "negro" (20), "negros" (8), "rojo" (13), "rojos" (4), "azul" (12), "azules" (7), "azulada" (4), "amarillo" (13), "gris" (8), "grisácea" (7), "marrón" (10), "blanco" (9), "blancos" (4), "blanquecina" (3), "verde" (6), "verdes" (4), "púrpura" (3), etc. Para hacer un poco más gráfico todo esto, voy a hacer una comparativa con las dos últimas novelas que he traído al blog. En Franny y Zooey, las palabras "olor", "luz" y "color" aparecen muchísimo menos que en Galveston: 5, 20 y 7 veces respectivamente. Admito que la comparativa con Relato soñado resulta muy descompensada por tratarse de una novela corta, pero dichas palabras aparecen solo 4, 10 y 2 veces. En cualquier caso, no he encontrado que la gran profusión de olores, luces y colores de Galveston tuviera que ver con una especie de simbología paralela a la trama argumental. Quizá se deba a incapacidad por mi parte, no lo sé. Abundando en esta profusión de olores, luces y colores, debo decir que la prosa de esta novela me ha resultado un puntito pretenciosa, como de escritor aficionado que se ha apuntado a un curso de escritura creativa y está poniendo en práctica todo lo aprendido. A mi entender, Pizzolatto busca un lirismo que ejecuta con poca maestría. Aun así, y para ser justos, no es una novela que esté mal escrita.
Por otra parte, me parece que el personaje de Rocky está demasiado sexualizado (lo digo incluyendo las cosas que le pasan). No estoy en contra de estas cosas, no soy puritano, pero considero que los elementos que trabajan en una novela tienen que estar presentes en su justa medida y que el combo Rocky + grado de sexualización sobrepasa los límites (podría argumentarlo, pero no quiero reventar la novela). Diferente sería si Rocky fuera una prostituta cuyo trabajo se basara en hacer unos cuantos servicios al día. Se podría decir que el personaje de Carmen —interpretado por María Valverde en la película— también está sobresexualizado, pero aquí excuso a Nic Pizzolatto porque se podría entender que Carmen utiliza el sexo como una especie de escalera social o económica. Por tanto, me parece que aquí sí hay una lógica interna y que personaje y grado de sexualización casan bastante bien.
En cuanto al desenlace de la novela, debo decir que me ha dejado frío. No digo que sea malo, ni tampoco es que yo pida fuegos artificiales de ningún tipo, solo que no me ha dicho gran cosa. Para mí, es de esos finales en los que te quedas esbozando un "Ah, pues vale".
Por cierto, la edición de la editorial Salamandra tiene un error. He aquí: "Se mesó una perilla recortada con esmero". No, hombre, se la atusaría en todo caso, ya que "mesar" significa arrancar o, como mínimo, tirar con fuerza. Curiosamente, no es la primera vez que veo esta confusión en una traducción. De todos modos, ya he dado parte de esta.
Esta vez, he hecho los deberes: he visto la película (por supuesto, una vez acabada la novela). Lógicamente, con guion del propio Nic Pizzolatto, es bastante fiel a la novela, pero algo más escurrida, más ligera, con menos contenido. Por ejemplo, no aparecen algunos personajes, como Lance o Cecil. Otros, como las hermanas Dehra y Nonie Eliott (que en la película no son ancianas), pasan más de puntillas. Además, me ha llamado la atención que Roy tenga el pelo corto, puesto que en la novela luce melena y esta tiene su importancia.
Para acabar, vamos con la nota que yo le otorgo a la novela: un 5,5 (que viene a ser un "se deja leer"). La verdad es que está bastante lejos de las notas medias que tiene en las típicas webs sobre libros (por ejemplo, tiene un 7,2 en quelibroleo.com), pero estoy siendo honesto.
Gracias por la atención y ¡hasta la próxima!