martes, 22 de julio de 2025

'Relato soñado' ('Traumnovelle') - Arthur Schnitzler

Es esta entrada voy a hablaros de Relato soñado (originalmente, Traumnovelle), una novela corta escrita por el médico austríaco Arthur Schnitzler (Viena, 1862-1931). Fue editada como libro en 1926, tras haber sido publicada por entregas en una revista entre diciembre de 1925 y marzo de 1926. Por tanto, está a punto de cumplirse el centenario de su publicación. La película Eyes Wide Shut (1999) de Stanley Kubrick está basada en esta novela.


Sinopsis ofrecida por la editorial Acantilado
Un joven médico vienés llamado Fridolin, acomodado, felizmente casado y padre de una niña, que durante unos carnavales se siente misteriosamente arrastrado hacia lo desconocido, un mundo a medio camino entre el sueño y la vigilia, en el que, atrapado por el deseo, vivirá experiencias de extraña y fascinadora intensidad. Con una sutileza fuera de lo común y unas capacidades descriptivas y psicológicas extraordinariamente modernas, Arthur Schnitzler nos sitúa en un terreno ambiguo y ambivalente, de una mágica ensoñación.


Como se puede ver, hay cierto paralelismo entre Fridolin (médico vienés), el protagonista del libro, y Schnitzler (médico vienés). A partir de ahí, es un misterio cuánto de autobiográfico hay en la novela. Tal vez la base de la trama beba de alguna experiencia personal de Schnitzler, o de algún colega, o tal vez de algún sueño que tuvo, quién sabe. La obra no puede separarse del autor, señores. Se podría decir que tiene vida propia, pero es hija de un autor y nieta de una tradición artística.

Relato soñado es una novela muy fácil de leer. Evidentemente, ayuda que sea corta, pero también que su prosa y su trama sean más o menos ágiles. Es de esos libros que casi parecen destinados a ser leídos en una tarde. Me parece una novela entretenida, estimulante, sugerente y más o menos absorbente. Lo único que me ha parecido un tanto evitable, pese al juego entre lo real y lo onírico de la novela (probablemente por influencia de Freud), es la parte donde Albertine, la mujer de Fridolin, le cuenta un sueño que ha tenido. No digo que ese sueño sobre, pero se me ha hecho muy largo, perdiéndose en elementos que creo que carecen de importancia. Además, las personas no recordamos tanto los sueños, con tanta extensión y tanto detalle. Por otra parte, me queda la duda de si la novela pedía ser narrada en primera persona, puesto que toda ella se narra bajo la perspectiva de Fridolin (lo cual da una atmósfera claustrofóbica que tal vez podría haberse potenciado). Pero también hubiera sido posible utilizar un narrador omnisciente con una perspectiva más abierta, que hubiera añadido información sobre la historia o el contexto de lo que vive Fridolin.

Por otra parte, si has visto Eyes Wide Shut —como es mi caso, resulta casi inevitable hacer comparaciones (ya me pasó con El resplandor y con La evasión / Le trou). En líneas generales, tanto el planteamiento como buena parte de la trama vienen a ser iguales, pese a que la ambientación de la película es notablemente diferente: Nueva York (aunque se rodó en Inglaterra), años noventa y época navideña. Realmente, al leer la novela, me ha sorprendido lo fiel que le es la película. Me hace gracia porque hay elementos que han hecho pensar a cierta gente que Kubrick estaba diciendo algo especial ahí, pero son elementos que ya estaban en la novela (ojo, hay otros que no, como luego diré). Particularmente, me ha llamado la atención que el amigo del protagonista se apellida Nachtigall ruiseñor en alemán— en la novela, así como Nightingale ruiseñor en inglés en la película. Se puede entender que hay un simbolismo en que dicho hombre se apellide Ruiseñor. Lo más obvio es que Schnitzler le diera ese apellido por ser un hombre que se dedica a tocar el piano en eventos nocturnos. O quizá porque canta, porque cuenta, lo que sucede en la noche.

Ahora bien, Eyes Wide Shut cuenta con un desenlace notablemente diferente —el de Relato soñado me resulta un tanto flojo, abrupto y decepcionante—, con esa escena alrededor de la mesa de billar y la escena final en la juguetería, ambas interesantes. Además, me parece más rica y completa (y compleja). En ella encontramos muchos elementos que no están en Relato soñado. En este sentido, habría que destacar a Victor Ziegler, un personaje muy importante que no aparece en la novela. Pero también podríamos hablar de elementos que encierran simbolismos: el arcoíris, los osos y los tigres de peluche, el uso de las luces, la decoración navideña, etcétera. Podría explicarlos, pero aquí estamos tratando Relato soñado y no Eyes Wide Shut (vean la película con los ojos bien abiertos y ya está). Quizá también se podría decir que Relato soñado es más sugerente, que no más sutil (la película está plagada de simbolismos), pero también menos ambiciosa. Lo cierto es que Eyes Wide Shut aborda de manera más explícita y profunda el mundo de las sociedades secretas, el poder, el sexo, el matrimonio y, en general, las relaciones hombre-mujer.

Por lo demás, quisiera comentar que, aunque es una novela bien escrita en general, me ha chirriado alguna cosa de su redacción. Por ejemplo: "El local estaba aún cerrado, pero en el café de arriba la cajera sabía que Nachtigall vivía en un hotelito de Leopoldstadt". Lógicamente, habría que poner comas delimitando ese "en el café de arriba" o, probablemente aún mejor, escribir "la cajera del café de arriba". Otro ejemplo: "había querido preguntarle aún a Albertine qué tenía la intención de hacer aquella mañana". Tanto el "aún" como sobre todo el "la" chirrían. También sorprende encontrar un "no podía equivocarse" delimitado por un punto y coma delante y uno detrás. Ahora bien, estos errores no sé si son cosa de Schnitzler, de la traducción o qué.

En definitiva, Relato soñado es una novela que se lee con gusto, que se disfruta, un libro recomendable, una buena novela. Le doy un 7 sobre 10. Sin que sirva de precedente, puesto que la literatura es una manifestación artística superior a la cinematografía, debo decir que me gustó más la infravalorada Eyes Wide Shut.

viernes, 20 de junio de 2025

'Franny y Zooey' - J.D. Salinger


En esta ocasión voy a hablar(os) de Franny y Zooey [en adelante, FYZ], un libro publicado en 1961 bajo la firma del famoso escritor estadounidense J.D. Salinger (1919-2010), autor del ínclito El guardián entre el centeno [en adelante, EGEEC]. Me parecía medianamente interesante traer algo alternativo del señor Salinger; esto es, algo que no fuera EGEEC.



Franny se enfrenta al problema de los farsantes y la falsedad. El hecho mismo de que sea actriz profesional la obliga a plantearse la distinción entre autenticidad y falsedad y a vérselas con la vanidad y el egoísmo casi a diario, e incluso su intento de renuncia a su profesión está abocado al fracaso si pretende mantenerse fiel a sí misma.
 

FYZ es un libro con una estructura peculiar, pues consta de dos partes (o relatos, ¿o actos?), ambientadas ambas en 1955. En realidad, podríamos decir que son dos relatos independientes porque así fue como se publicaron originalmente en la revista The New Yorker. Fue más tarde cuando se juntaron para conformar el libro, siguiendo un poco los pasos de EGEEC. Ambos relatos están relacionados entre sí (Franny y Zooey son hermanos), por lo que el libro tiene ciertas hechuras de novela, pero sin tener esa narrativa tan lineal y típicamente novelesca de EGEEC. A mi modo de ver, FYZ es una suerte de obra de teatro en prosa que consta de dos actos. No he visto que nadie haga esta lectura, pese a que he leído decenas de reseñas, pero yo he tenido esa impresión. Es un libro que se desarrolla en unos escenarios muy concretos y con unos personajes que tienen unos ademanes un tanto teatrales (se expresan de manera hiperbólica, etc.).

El primero de los dos relatos o actos, titulado Franny, se abre con Lane, el novio universitario de la propia Franny, leyendo una carta de esta en una estación de tren. Esa sería la primera escena de ese primer acto. Luego, una vez se ha dado el reencuentro de estos dos personajes, tenemos una segunda escena que se constata con un cambio de escenario o localización: dejamos atrás la estación de tren y nos adentramos en un restaurante. Esta segunda escena del primer acto abunda en la personalidad y momento vital de Franny, después de que la transcripción de su carta de la primera escena nos sirviera como introducción a su perfil psicológico. Este recorrido por las interioridades de Franny viene de la mano de una conversación en la que se habla de muchas cosas: vida universitaria, angustia vital, hipocresía social, miedo al futuro e incluso disquisiciones teológicas, etc. Son temas que, dicho sea de paso, no se alejan mucho de los de EGEEC. Lo cierto es que Franny es un acto o relato que, a mi modo de ver, entra bastante dentro del concepto de literatura new adult. Por cierto, ojo al desenlace del mismo, que a mí me parece que va muy de la mano de esa alma teatral que percibo que tiene el libro. Tampoco está de más señalar que Franny, curiosamente, es actriz de teatro (Zooey también es actor, y su padre lo fue de vodevil). Quiero acabar este párrafo añadiendo que, en cierta manera, tuve la impresión de que Franny era una versión femenina y algo más madura —tiene algunos años más— del propio Holden Caulfield, protagonista de EGEEC.

El segundo de los dos relatos o actos, titulado Zooey, nos traslada a la casa de los Glass, la familia de los hermanos Franny y Zooey. Cambio de escenario y también de cronología, puesto que los hechos transcurren un par de días después de los narrados en la primera parte. En esta ocasión, tenemos una escena que se da en el cuarto de baño de los Glass y que protagonizan Zooey y su madre, la señora Glass, que es un poco pesada. Es una escena que se alarga muchísimo y que, a mi entender, no aporta gran cosa. Somos testigos del resquemor que siente Zooey para con su madre y conocemos un poco mejor a la familia Glass, pero no tiene mucho más. Eso sí, en esta escena, también hay lugar para disquisiciones espirituales y religiosas. Por otra parte, la forma de hablar de Zooey me ha resultado teatral, pretenciosa y artificial. Luego, nuevo cambio de escenario, aunque sin salir de la casa de los Glass, pues la acción se traslada a la sala de estar. Salinger nos introduce en ella con una descripción pormenorizada: por ejemplo, nos dice cuántos watios tienen las bombillas del acuario. Desde mi punto de vista, esto es poco literario y está de más. No sé, es como decir: "Tablas de madera de pino de veinte centímetros de largo y cinco de ancho conformaban el parqué que vestía el suelo del salón". Además, me llamó la atención lo siguiente: "La habitación no era de un tamaño impresionante, ni siquiera según el promedio en las casas de apartamentos de Manhattan". Sin embargo, el mobiliario que se describe parece más propio de una sala de estar bastante grande. Hay un sofá, dos canapés, un escritorio, varias estanterías, un acuario, dos jaulas, una televisión, una mesita, un gramófono, un "asiento de la ventana", una radio, un revistero... También se habla de una mesa y una mesa de escribir de la madre, pero entiendo que son formas alternativas de referirse al escritorio. En cualquier caso, no está mal. En dicha sala tenemos una conversación entre los hermanos Zooey y Franny, siendo bastante larga y desarrollándose un poco a trompicones. Cómo no, hay mucha carga religiosa en ella. Por momentos, uno piensa que hubiera sido más lógico que Salinger hubiera escrito un ensayo. Prácticamente, la novela acaba con esta conversación, aunque luego tenemos un encontronazo entre Zooey y su madre, la transcripción de unas citas y una llamada un tanto extraña.

Sobre la vertiente estética, estilística y formal de FYZ, ¿qué se puede decir? Pues es justo decir que es un libro que cuenta con una buena prosa (aunque no me ha maravillado, cosa que sí consiguió la prosa de La familia de Pascual Duarte, por ejemplo). Eso sí, a mi juicio, abusa sobremanera de escribir palabras en cursiva. Quizá delata mi incapacidad, pero no he sabido encontrar el matiz que daba la cursiva a la mayoría de esas palabras. En cualquier caso, me parece que el problema de Franny es de fondo: no hay trama, no hay fábula, no hay historia. Esto se dice de EGEEC, aunque yo no estoy de acuerdo, pero es que aquí... Además, considero que FYZ carece de sentido narrativo y de tensión dramática. Excepto por el golpe teatral del final del primer relato, que se queda en agua de borrajas, no hay nada. Leer este libro es nadar por un mar anodino y tedioso, un mar carente de estímulos y hasta de oleaje. En cuanto a los contenidos lógicos, a las ideas contenidas en FYZ, debo decir que no he encontrado nada que llevarme a la boca. Quizá esto también delate cierta incapacidad o miopía por mi parte, qué sé yo, pero estoy siendo honesto. También puede que tenga que ver con que yo no sea una persona religiosa, pues es posible que las personas religiosas tiendan a encontrar grandes ideas o planteamientos entre los infinitos comentarios religiosos y teológicos que contiene FYZ. No lo creo, pero es una posibilidad.

Quisiera comentar también algunos detalles del libro. Por ejemplo, en un momento dado se habla de la capacidad comunicativa de los ojos de la señora Glass, refiriéndose a ello como "atributo celta". Es probable que escribiera "celta" como podría haber escrito "irlandés" (el origen de ella), pero me sorprendió esa detalle. ¿Acaso los ojos celtas son más comunicativos? Pues no sé, pero los españoles también descendemos en buena medida de los celtas y, de hecho, parece ser que somos muy cercanos a los irlandeses en cuanto a genética. Relacionado con esto, es interesante que el señor Glass sea judío y la señora Glass irlandesa, puesto que concuerda en buena medida con los progenitores del propio Salinger: padre judío y madre de origen escocés-irlandés. Incluso, según aparece en Wikipedia y basándose en otras obras de Salinger, uno de los hermanos Glass —Buddy— sería el alter ego de Salinger. Por tanto, cabe entender que la familia Glass tiene bastante que ver con la familia Salinger.

Otro detalle que me ha llamado la atención se da cuando Franny habla de un gato: "Anoche le encontré catorce pulgas, sólo [sic] en un lado". Hombre, esto no tiene sentido porque las pulgas saltan, no se quedan aferradas al pelo de un animal esperando que el dueño de este dé con ellas. Otra cosa sería si fueran garrapatas, claro. Se podría entender que Salinger nos está diciendo que Franny se inventa cosas, pero se supone que entonces Zooey habría salido al paso. Además, me pregunto qué sentido tiene que hable solo de las de un lado. ¿Solo miró ese costado? ¿Por qué? ¿Se cansó? Con esa construcción sintáctica (esa coma es clave), se entiende que sí. Si no hubiera una coma se podría entender que le contó catorce pulgas en un costado pero que encontró alguna más el resto del cuerpo (otra cosa es que las siguiera contando). Por curiosidad, he mirado la versión original y, en efecto, habla de pulgas ("fleas") y hasta hay un punto en lugar de una coma: "I found forteen fleas on him last night. Just on one side". Bueno, lo dicho: poco sentido. Por no hablar de que Franny no dice nada de que a ella le hayan picado, ni se menciona que se rasque ni nada. No sé, si tantas pulgas tenía el pobre gato, me parece raro que Franny no esté hecha trizas, con decenas y decenas de picaduras (cada pulga suele picar varias veces). En fin, pensaréis que es una tontería que me haya detenido (tanto) en esto, pero supongo que analizo un poco las cosas a mi manera y aportar algo al lector. Por supuesto, no he leído que nadie lo mencionara.

Con todo, e imagino que desde una notable subjetividad (pero también honestidad), no soy capaz de aprobar este libro. Le otorgaría un 4 sobre 10, siendo generoso. Que yo sé que esto de poner nota a una obra literaria es muy subjetivo y un tanto ridículo, pero es una manera de (super)sintetizar lo que me ha parecido el libro y un guiño a aquellos que, como yo, tienen querencia datística [palabra inventada].

Gracias por la atención y hasta la próxima.

miércoles, 12 de febrero de 2025

'Sé lo que estás pensando' - John Verdon

[Feliz 2025]

En esta entrada voy a reseñar Sé lo que estás pensando, la primera novela del escritor estadounidense John Verdon (Nueva York, 1/1/1942). Fue publicada originalmente en 2010 bajo el título Think of a number. No es muy habitual que un escritor publique su primera novela con una edad tan avanzada (68 años en este caso), pero supongo que nunca es tarde. De hecho, tras ese debut de 2010, ha publicado otras siete novelas.