lunes, 8 de abril de 2024

'La evasión' ('Le trou') - José Giovanni

 

En esta ocasión voy a reseñar La evasión, la primera novela del escritor francosuizo -de raíces corsas- José Giovanni (París, 1923 - Lausana, Suiza, 2004). Fue publicada originalmente en 1957 bajo el título Le trou. Cuenta con una notable adaptación cinematográfica dirigida por Jacques Becker, estrenada en 1960, y en la que el propio José Giovanni participó como guionista. Es una película que me encanta, y por eso me lancé a leer la novela.

 


Evocando el universo carcelario y el entorno de delincuencia que envolvió su propia vida, José Giovanni, un miembro de la mafia corsa que se acabó rehabilitando y convirtiendo en uno de los autores de novela negra más destacados del género, nos cuenta el intento de fuga de la cárcel de La Santé protagonizado por cinco condenados a muerte, uno de ellos el propio autor. La evasión es el relato autobiográfico de Giovanni, quien consigue describir espectacularmente la vida entre rejas y logra guiar al lector a través del planteamiento de cuestiones tan delicadas como la pena de muerte, la fragilidad de la frontera entre el bien y el mal o la propia humanidad de presos y funcionarios de prisiones.

 

Basada en hechos reales, la novela narra un intento de fuga en la prisión parisina de La Santé a finales de los años cuarenta (o dicho de otra manera, en la posguerra de la IIGM). De los cinco presos que participan en dicha tentativa, cuatro aparecen tanto en la novela como en la película: Manu Borelli, Geo Cassid, Monseñor y Rolland. Me detengo en Manu Borelli para mencionar que se desprende que es el alter ego del propio José Giovanni. También me detengo en Rolland para comentar que el actor que le interpreta en la película es el propio Rolland, aunque esto no es ningún secreto porque aparece explícitamente en la introducción del largometraje. Ahora bien, ¿qué pasa con el quinto preso? Pues que en la novela es un tal Willman y en la película un tal Gaspard, pero digamos que el personaje viene a ser el mismo y hace más o menos la misma función. Admito que me sentí descolocado, porque yo no esperaba a un personaje llamado Willman y sí esperaba a un personaje llamado Gaspard, pero también porque Willman está en la celda desde el principio mientras que la llegada de Gaspard se muestra en la película. Por ello, me pasé el inicio de la novela esperando la aparición de Gaspard, pensando que aún estaba por llegar, hasta que me di cuenta de que aquí teníamos a Willman y que Gaspard no iba a aparecer.

Por lo demás, la idea de la novela es similar, pero también es cierto que cambian muchos detalles. Siguiendo un poco con los personajes, quisiera destacar que el principal protagonista de la novela es Manu Borelli (¿por qué será? #modoirónico). En cambio, en la película, los cinco presos de la celda se reparten más el protagonismo (cerca de un 20% cada uno, por decirlo así), pero destacaría más a Rolland e incluso a Gaspard que a Manu. Es decir, la historia está enfocada de manera ligeramente diferente. Comentar que en la novela no aparecen la escena de la revisión de la comida ni la de los fontaneros; tampoco es que sean claves en la trama de la película, pero son medianamente llamativas. En cambio, en la novela tenemos un pasaje que narra la visita a los juzgados por parte de unos de los presos. No es que aporte mucho, pero bueno. Por otra parte, considero que los preparativos de la fuga, incluyendo tanto los preparativos en sí como los avances, son más complejos y completos en la novela. El problema es que estos preparativos o avances son muy complicados de redactar con precisión, y considero que a José Giovanni le faltó maestría o experiencia para hacerlo de manera solvente. Por tanto, cuesta bastante visualizar bien lo que (se supone que) está pasando o cómo son las diferentes estancias o recovecos de la prisión. Al final, una trama así seguramente es más efectiva en el plano audiovisual que en el literario. En la novela te pierdes por momentos, mientras que en la película ves lo que están haciendo, donde están, e incluso te quedas absorbido por los avances. Aquí, evidentemente, también cuenta la maestría de Jacques Becker en la dirección.

En definitiva, el estilo más torpe de la novela y cierta falta de alma hacen que empatices menos con los personajes de la novela que con los de la película (al menos en mi caso, claro). También, evidentemente, algo de culpa -para bien- tienen los actores y el director de la película. Pero vamos, creo que es fácil que te interese más el trayecto hacia la evasión de la película que el de la novela. Además, el final de dicho trayecto es menos épico (o peliculero) en la novela que en la película y no se dice la famosa frase que cierra el largometraje. Sí es interesante que en la novela se alargue más la historia, contándonos lo que pasa después, pero tampoco me ha acabado de llamar o cautivar. De hecho, hay una importante cosa de ese pasaje final que se cuenta así como si nada, cosa que lógicamente me parece desacertado.

En definitiva, se trata de una novela que se deja leer, pero donde el autor se muestra algo torpe como para hacer un trabajo sobresaliente. Le daría un 6-6,5 sobre 10. En este caso, aunque supongo que la historia es menos realista, considero que es mejor la película (tiene un 8,4 en FilmAffinity y yo le di un 9). Pero que no sirva de precedente y que nadie se lleve a engaño, porque la literatura es una disciplina superior al cine. Ale, dicho queda.