sábado, 26 de marzo de 2022

'Las ventajas de ser un marginado' - Stephen Chbosky

[Fíjense que he puesto cosas en negrita, como si esta crítica literaria fuera una de esa cosas de unir puntos con rayas para conseguir un dibujito]

En esta entrada voy a hablaros de una novela bastante conocida: Las ventajas de ser un marginado, del escritor estadounidense Stephen Chbosky. Aunque hay que decir que en Hispanoamérica se conoce como Las ventajas de ser invisible. En cualquier caso, la novela se publicó originalmente en 1999 bajo el título The Perks of Being a Wallflower.  Dicho sea de paso, me parece lamentable que la novela se publicara -y se siga publicando- con un título en España y con otro en Hispanoamérica. Por otra parte, el propia autor adaptó la novela como película, tanto escribiendo el *guión* como encargándose de la dirección. Eso sí, pasaron muchos años entre una cosa y otra, porque la película es de 2012 (aunque sigue ambientada a principios de los 90). También, por cierto, es bastante conocida.

SINOPSIS:
Charlie tiene 15 años y se ha quedado solo tras el suicidio de su mejor amigo. Vive con sus padres, su popular y guapa hermana y un hermano mayor que es una estrella del fútbol americano y que está a punto de comenzar la universidad. Su profesor de lengua está convencido de que Charlie posee una gran capacidad intelectual. Tras conocer a Sam y Patrick empieza a comprender lo que es ser un adolescente, y comienza un viaje hacia la madurez que le llevará a recorrer caminos nuevos e inesperados. Con ellos descubre nueva música, empieza a beber, fumar y coquetear con drogas, cambia de amigos… ¡Hasta que se convierte en un joven de verdad!

La novela, ambientada en el nordeste de los Estados Unidos y a principios de los 90, es de tipo epistolar. Quien escribe las cartas es Charlie, un adolescente de 15-16 años (cumple los 16 en plena novela). ¿A quién se las escribe? No se sabe muy bien, porque básicamente no se da información sobre ese sujeto. Es como alguien que pasaba por algún lado en un momento determinado... pero del que Charlie tiene su dirección. Bueno, pues vale. No sé, creo que hubiese sido más interesante plantear la novela de otra manera, quizá como un diario, aunque fuera como si le hablara a su tía Helen o ese amigo que se suicidó. Otra opción es que fueran textos dirigidos a su psiaquiatra. También se podría haber mantenido la idea de las cartas pero con un destinatario que realmente tuviera algún peso y un nexo real con Charlie. Esto incluso podría haber sido un golpe de efecto en la novela, al revelarse o saberse más del destinatario en un momento dado. Desde mi punto de vista, por tanto, creo que la puesta en escena es mejorable. Es como si Chbosky, en ese sentido, optara por un recurso soso y facilón.

Charlie se nos muestra en un principio como un adolescente marginado, utilizando la retórica del título (aunque en ningún momento se mencionan las ventajas de eso). Su mejor amigo se ha suicidado y él arranca su etapa como alumno de instituto. Está más solo que la (l)una, pese a que su hermana, ya en último año, también va a ese instituto. Sin embargo, Charlie no tarda en conocer a un alumno llamado Patrick y a la hermana (Pam) de este. Curiosamente, ambos son de último curso (en la película se dice que son hermanastros y que se llevan tres días), pero pronto se hacen amigos de Charlie. A ver, creo que esto es un poco irreal. Pensar que en un instituto haya amistades entre gente que se lleva más de un curso... Alguna habrá, claro, pero vamos... Un adolescente de 15 años y uno de 17, de alguna manera, están en dos mundos diferentes. Pero bueno, aceptaremos pulpo como animal de compañía.

El problema es que esto rompe un poco con el título. ¿Marginado? ¿Invisible? Pues no sé, en la mayor parte de la novela no lo parece mucho. Joder, si el tío es amigo de gente de último curso que parece pertenecer a lo más guay del instituto. Entiendo que el autor nos pueda hacer entender que los hermanos Patrick y Pam también son marginados, al ser quizá un poco suyos, pero tienen un grupo de amigos y les invitan (y organizan) a fiestas que parecen ser las mejores dentro del ámbito de ese instituto. No tiene sentido. Por otra parte, que se relacionen con Charlie es aún más raro cuando nuestro protagonista da muestras evidentes de tener poco desarrollo social e incluso de ser muy ingenuo y paradito para su edad. Hay momentos en los que no parece tener quince años, sino más bien diez. Ejemplos: no sabe qué es la masturbación, no sabe distinguir una violación cuando la ve y básicamente parece no saber qué son las drogas. ¡Con quince años! A ver, reconozco que las dos primeras cosas se justifican en parte con esa especie de giro final, pero remarco que solo en parte. Como comenta alguna otra persona, yo tenía la sensación de que Charlie, que generalmente es más bien entrañable, tenía algún tipo de autismo.

Por otra parte, me parece una novela un poco pija, snob. Que si fiesta en el casoplón de no sé quién con drogas de diseño a disposición del invitado, que si el padre juega a golf... No sé, no creo que la vida de un adolescente sea mucho como se cuenta en esta novela. Quizá sí la de los adolescentes de ciertos barrios residenciales de Estados Unidos, pero no creo que un adolescente de Ciutat Meridiana, por decir algo, pueda ver su vida muy reflejada en la de estos chicos. Es curioso que tampoco salgan negros, latinos o asiáticos en la novela (ni en la pelicula), más allá de quizá alguno de paso. 

Otra cosa curiosa es que en la novela haya todo esto: una paliza por ser gay, una pelea física entre adolescentes (con el tema de la homosexualidad también de por medio), una violación, abusos sexuales varios, pederastia (hasta tres casos), una muerte en accidente de tráfico, un embarazo adolescente no deseado... El problema es que todo ello en una misma novela, que además es bastante corta, resulta pretencioso -buscando dar golpes emocionales al lector como en una telenevola- y artificial. Más si cabe porque Chbosky tampoco profundiza en ninguna de esas cosas.

En ningún caso me parece una novela compleja ni que haga pensar que el autor estuvo rebanándose los sesos durante un año para sacarla adelante. Carece básicamente de frases, y ya ni digamos párrafos, que llevan al lector a releer ya sea por dejarlo chocado o por sentir necesidad de profundizar en lo leído. Ni es Al Este del Edén ni es Lolita, ni nada parecido.

El giro final puede resultar sorprendente pero es el típico recurso efectista y facilón. Además, Chbosky no lo aborda con el cuidado necesario.

Con todo, me parece una novela entretenida, que se puede leer perfectamente en una tarde. Puede estar especialmente bien para adolescentes, incluso para aquellos sin mucho hábito de lectura, aunque hay que tener cuidado con las moralejas que se pueden sacar (lo divertidas que son las drogas o cosas así). Ahora, si uno busca profundidad, no creo que esta sea su novela. Por otra parte, aunque ya lo he comentado un poco, lo que a mí me ha sacado de la trama en algunos momentos es esa ingenuidad de Charlie y cierta sensación de artificialidad (no quiero desarrollar esto demasiado por no haces spoilers). 

En cuanto a si está bien escrita o no es difícil valorarlo porque Chbosky se pone en la piel de un adolescente que escribe cartas. Esto quiere decir que uno no sabe bien si está valorando la prosa del autor o la del protagonista. En general, es una novela que resulta fácil de leer, aunque creo que patina un poco en algunas construcciones. Pero ya digo, ¿esto se lo achacamos a Chbosky o a Charlie? Tipo listo este Chbosky...

El asunto de la canción "Heroes" de David Bowie ya ni lo comento.

Con todo, recordando el entretenimiento pero también la artificialidad y la poca profundidad, tal vez le pondría un 6 sobre 10. Supongo que hay que valorar más lo primero que lo otro, y de ahí mi nota, pese a que para mí las otras dos cosas también sean importantes. Lo que me parece un poco triste es que la gente valore claramente mejor esta novela que El guardián entre el centeno, que tiene una mejor prosa y una mayor profundidad. En fin, otra victoria del posmodernismo.

domingo, 20 de marzo de 2022

'El guardián entre el centeno' - J.D. Salinger

[Disculpad que no traiga reseñas con mucha regularidad, pero estoy bastante ocupado con otras cosas. Por esta razón, tampoco va a ser una reseña tan completa como me gustaría]

En esta entrada voy a hablar(os) de una de las novelas de culto por excelencia: El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. He leído que se publicó originalmente entre 1945 y 1946, por entregas, aunque en otros sitios se habla que en esa época publicó algunos cuentos o relatos que contenían elementos de lo que luego sería la novela. Lo que está claro es que se publicó como libro en sí mismo en 1951 bajo el título The Catcher in the Rye. Debo decir que yo he leído esta novela en varias ocasiones. La primera vez, alrededor del 2005, lo abandoné bastante pronto puesto que no me sentía cómodo leyéndola, por decirlo de alguna manera. Supongo que es normal porque entonces tendría 11 o 12 años, 13 como mucho (en aquella época no solía leer), y creo que es lo suyo tener al menos 14-16 años para leer esta novela. La última vez que la he leído, con intención de escribir esta reseña, ha sido en estas últimas semanas.

SINOPSIS:
Publicada originalmente en 1945, la obra maestra de Salinger se convirtió inmediatamente en una obra de culto de toda una generación de lectores. La impresionante fuerza con que el adolescente protagonista se mira a sí mismo es de una brillantez sostenida como sólo muy pocos autores pueden lograr. Las peripecias del adolescente Holden Caulfield en una Nueva York que se recupera de la guerra influyeron en sucesivas generaciones de todo el mundo. En su confesión sincera y sin tapujos, Holden nos desvela la realidad de un muchacho enfrentado al fracaso escolar, a las rígidas normas de una familia tradicional, y a la experiencia de la sexualidad más allá del mero deseo.

En esta novela, el adolescente Holden Caulfield, de dieciséis años, nos narra una parte pequeñísima de su vida. Tan pequeña que no se alarga más de 48 horas, yendo desde un sábado por la tarde hasta el siguiente lunes a mediodía. La trama arranca en Pencey, una escuela preparatoria de esas made in USA que queda cerca de Nueva York, si bien es precisamente en esta ciudad donde transcurre la mayor parte de la trama. Sin embargo, ya desde los hechos que transcurren en Pencey nos podemos hacer una idea bastante buena de Holden. Es un espíritu libre, un chaval un tanto inadaptado, que no cree mucho en los demás, y que además tiene facilidad para criticarlos y para censurarlos por sus conductas.  Tal vez se pueda decir que tiene más inteligencia y más sensibilidad que sus compañeros de Pencey. De algún modo, parece ver cosas que los otros no ven.

Lo cierto es que no pasa gran cosa a lo largo de la novela, cosa que ha hecho que mucha gente la critique por ello, diciendo que es aburrida, vacía y tal y cual. Pero es que, a diferencia de esos thrillers de usar y tirar, es un libro que requiere ir leyendo entre líneas (sucede mucho en las grandes novelas). Por otra parte, creo que a Salinger no le interesa que pase gran cosa porque él quiere hablarnos del mundo real. Si Holden fuera abducido por extraterrestres probablemente la cosa se pondría más interesante, pero nos apartaría de la crítica al mundo real (específicamente, el de la gente adulta). Porque la novela, en buena medida, me parece un retrato y una crítica a la sociedad adulta, colapsada de corrupción, perversión e hipocresía. Holden no es tonto y se da cuenta de que, con dicieséis años, está llegando a un mundo (el de los adultos) lleno de estos elementos. Es algo que creo que le aterra. Pese a coquetear con el mundo adulto (tabaco, alcohol, sexo), no parece que esté muy interesado en crecer. Es como si Holden, visto lo visto, creyera que en la adultez se halla su perdición. De hecho, me da la sensación de que durante la novela se da cuenta de que está condenado al fracaso. O sea, que él también está condenado a ser parte de ese mundo perverso de los adultos porque no hay forma de mantenerse ajeno a él. Esto impregna la novela de una especie de pesimismo existencial.

Una de las cosas que más llaman la atención es la diferente visión que tiene de los niños con respecto a los adolescente y adultos. Y de ahí vienen el título del libro (Holden lo explica). Para Holden, los niños son como seres de luz. Habla con cariño de ellos (por ejemplo, de sus hermanos pequeños, el difunto Allie y Phoebe). En cambio, no habla tan bien de los adolescentes ni de los adultos (incluyendo a sus padres o a su hermano mayor), a los que ve como seres corrompidos. Básicamente las únicas personas adultas que salen bien paradas son una madre y un par de monjas. Por otro lado, parece que Holden critica que los adolescentes se olvidan de esa inocencia infantil para juguetear con un mundo más perverso (el de los adultos), aunque ya digo que él mismo se siente un tanto atraído por ello. Pero claro, es probable que Holden se sienta sucio por eso mismo y la novela sea un poco una especie de confesión.

Yo no estoy de acuerdo con que sea una novela sobre un adolescente para lectores adolescentes, porque me parece que la novela va más allá de eso. Todo el mundo, independientemente de su edad, puede tener una época en la que sienta perdido y no alineado para con la sociedad. Imaginanse, por ejemplo, la de ancianos que se sentirán así (y más durante la pandemia). Seguramente, no digo que no, esto sea más probable a la edad de Holden, pero puede ocurrir a otras edades. Tal vez la idea de Salinger no fuera tanto hablar de la adolescencia, aunque la refleja muy bien, como en general de la sociedad y el hecho de no sentirse cómodo dentro de ella. Si escogió un protagonista adolescente tal vez fuera porque creyera que la gente se identificaría más con él o sería más indulgente con sus pensamientos y acciones. También puede ser que Salinger se sintiera especialmente perdido durante sus dieciséis años y por eso Holden, que huele a alter ego del propio Salinger, tenga esa edad.

Por otra parte, puedo ser crítico con algunos aspectos de la novela. Por ejemplo, al principio de la novela nos dice que nos va a contar "una cosa de locos" que le ocurrió. Esto puede interpretarse como un anzuelo un tanto efectista y puede llevar a que uno se pase la novela esperando algo que no se va a dar. Porque, como digo, a Holden, como a cualquiera, le pasan unas cuantas cosas a lo largo de esos tres días, pero diría que ninguna "cosa de locos" en sí misma. Por otra parte, también en los inicios de la novela, Holden acaba con la cara hecha un mapa. Sin embargo, vemos que la gente que se encuentra en las siguientes horas y al día siguiente no le pregunta por ello. Salinger podría decir que Holden obvía eso al contarnos la historia, pero a mí me parece una especie de error de continuidad.

En cuanto al estilo de la novela, Salinger imita un poco una narrativa de adolescente, pero no se puede decir que la novela esté mal escrita. Al contrario, pese a ser una prosa sencilla, sin mucho artificio, creo que es notable. Es evidente que Holden nos cuenta la historia repitiendo algunas frases, abusando de algunos conceptos, exagerando en diversas ocasiones, etcétera. En numerosas ocasiones, por ejemplo, nos dice estar deprimido. Hay gente a la que este estilo le molesta mucho, pero uno tiene que entender que Holden es un adolescente y creo que Salinger consigue reflejar que es precisamente un adolescente quien nos habla.

En definitiva, me parece una gran novela. Me cuesta ponerle una nota porque es difícil compararla con otras. Pero bueno, creo que al menos se merece un 8 sobre 10, no pareciéndome descabellado un 9.