sábado, 17 de octubre de 2020

'La verdad sobre el caso Harry Quebert' - Joël Dicker

[Pese a que he leído muchas novelas en este tiempo, hacía siglos que no escribía una crítica. Tal vez ninguna novela me haya acabado de generar esas ganas, no lo sé, pero ya tocaba hacer una. Si veo que la respuesta es buena es probable que me anime a hacerlas con más asiduidad, así que petar el blog.]

Bien, hoy vamos a hacerle la autopsia a una novela que lleva unos cuantos años leyéndose profusamente a lo largo y ancho del mapamundi. Sí, hoy vamos a hablar de 'La verdad sobre el caso Harry Quebert', de Joël Dicker.

Resumen (de la editorial):
Quién mató a Nola Kellergan es la gran incógnita a desvelar en esta incomparable historia policiaca cuya experiencia de lectura escapa a cualquier intento de descripción. Intentémoslo: Una novela de suspense a tres tiempos —1975, 1998 y 2008— acerca del asesinato de una joven de quince años en la pequeña ciudad de Aurora, en New Hampshire. En 2008, Marcus Goldman, un joven escritor, visita a su mentor —Harry Quebert, autor de una aclamada novela— y descubre que éste tuvo una relación secreta con Nola Kellergan. Poco después, Harry es arrestado y acusado de asesinato al encontrarse el cadáver de Nola enterrado en su jardín. Marcus comienza a investigar y a escribir un libro sobre el caso. Mientras busca demostrar la inocencia de Harry, una trama de secretos sale a la luz. La verdad sólo llega al final de un largo, intrincado y apasionante recorrido.

Como ya sabemos de qué va, empezaré diciendo que me ha parecido una buena novela, bastante bien trabajada, relativamente compleja, válida para el lector medio de novela policiaca y thrillers. Una de las cosas más llamativas es que hay un montón de giros argumentales, sobre todo en la parte final, y me atrevería a decir que la mayoría de ellos están bien construidos y son más o menos congruentes. La prosa, seguramente sin ser brillante, es consistente.

Sin embargo, está bastante lejos de ser una novela redonda. O dicho de otro modo: si escarbas, se le ven las costuras.

Para empezar, la historia entre Harry y Nola es bastante 'Lolita' (aunque vaya por otros derroteros), demasiado, incluso con eso de “N-O-L-A”. Es cierto que puede ser un guiño, que al autor homenajee esa novela porque le haya marcado, y también a Harry. Pero ya digo: me parece demasiado. En relación a esto, he leído a gente decir que el autor hace apología de la pedofilia (Nola tiene 15 años; Harry, 34...), pero yo también escribo ficción y los personajes son los personajes y yo soy yo. En cualquier caso, es opinable.

Algo que cansa un poco es el ir y venir de fechas, dando la sensación de que el autor quiere marearnos. Eso tiene bastante peso en el hecho de que buena parte de la novela resulte un punto tediosa. También sucede eso porque me temo que al libro le sobra paja. Vamos, que la novela seguramente se podría haber aligerado bastante -en cuanto a páginas- y el resultado global hubiese sido mejor.

Luego es que son bastantes cosas.

Primero: los personajes. Marcus, nuestro Marcus. Bueno, a ver, no está mal, pero tampoco es que sea un personaje demasiado carismático o magnético, aunque parece que el autor quiera hacernos creer que sí, con ese rollo de El Formidable y demás. Pero nada, que ni frío ni calor, ni fu ni fa. Hay una canción de José María Granados (Nada más), bien interpretada por Los Secretos, que dice: “... no quiero que por mí sientas indiferencia, es vulgar...”. Pues eso. Siguiendo con otros personajes, tampoco se acaba de entender muy bien esa devoción de Nola por Harry, ni la de Jenny. ¿Tan apuesto es Harry? ¿Tan magnético es? No sé, en la novela no lo demuestra. Me pregunto si yo, un hombre heterosexual, también me hubiese enamorado de él en aquel lejano 1975.

Peor es el hecho de que algunos personajes sean demasiado extremos, caricaturescos, como la madre de Marcus (piensa que su hijo es homosexual y no para de dar la matraca con eso). Por no hablar de los padres de Jenny, quizá especialmente el padre (la madre tiene su parecido con la de Marcus, como si el autor se hubiese inspirado en su propia madre para dibujar esos personajes). Pero quizá el que se lleve la palma sea el indescriptible Luther. Nola también es un personaje un tanto forzado, pero bueno. Por otra parte, como un poco a la contra de varios de los personajes, el policía Gahalowood es demasiado típico, como de película made in USA hecha con piloto automático. También hay algún personaje que está como de atrezzo, como el tal Erne Pinkas (curiosamente olvidado en la parte final de la novela).

Tal vez peor que algunos personajes sean algunos hechos, que son ciertamente peliculeros, demasiado poco realistas y más bien hechos para poder sorprender al lector y sobre todo para liarlo, para llevarlo aquí y allá, para desorientarlo (vuelvo a usar esto verbo). El cuadro, la felación (escena muy similar a la que escribió Paul Auster en Brooklyn follies), el mensaje en el espejo, el extraño viaje de Harry a Canadá en el momento 'oportuno', que cierto conductor conduzca demasiado rápido en otro momento 'oportuno' y haya un policía por allí con ganas de pararlo, etcétera, etcétera. Incluso el tema cartas, algo mollar en la novela, es raro y además tiene poco sentido, sobre todo cuando se descubre qué hay detrás (¿Harry y Nola nunca hablaban de lo que se escribían?). Eso sí, he aprendido que allá por 1975 no eras nadie en Estados Unidos si no tenías un Monte Carlo. Ojo al tema de la foto de cierto personaje con ese coche.

Pero la novela gira entorno a la desaparición-muerte de Nola. Ojo, en un bosque y además siendo perseguida por alguien. Nada típico, ¿verdad? ¿Como de película de 'Scary Movie'? Nooo, para nada. No sé, hay una novela de Harlan Coben que se titula 'El bosque' y va de asesinatos-desapariciones de adolescentes ocurridas décadas atrás en un bosque de EE.UU. Y hasta ahí puedo leer. También está Mystic River, del solvente Dennis Lehane (que en su última novela, por cierto, también se deleita con esto de las persecuciones en bosques), o incluso en la década anterior alguna de las geniales novelas de John Sandford (dejadme decir que llama la atención que tan gran novelista aquí en España sea tan poco conocido. Injusticia!). Por no hablar de películas o series.

Hablando de películas, me ha molestado un poco el aire que, a mi juicio, imprime el autor a la novela en el sentido de buscar llevarla al cine. Que un europeo lleve a Estados Unidos una historia que, a grandes rasgos, bien podría suceder en Europa es cuando menos curioso (¿Eastwood? ¿Clint Eastwood? ¿Alguien ha llamado a Clint Eastwood?). En cualquier caso, de algún modo, es como si Joël Dicker estuviera escribiendo un guión [sí, con tilde] y no una novela. Deja caer, por ejemplo, que se han vendido los derechos cinematográficos del libro de Marcus. Hablando de Marcus y de cosas que molestan, el susodicho lo sabe todo, incluso cosas que no puede saber porque ni estaba allí (ni siquiera había nacido en 1975) ni nadie pudo contárselo. Ejemplo claro es esa 'aparición' que se presenta a Nola en el bosque (algo también peliculero, por cierto). No sé, el autor debería haber apuntalado bien eso: si decides que todo nos lo cuenta Marcus, no puedes hacer de escritor omnipotente. Es un error de bulto.

En cuanto al final, y sin ahondar apenas en él, decir que me ha resultado poco brillante y apenas llamativo, sin de alguna manera justificar toda la extensión de la novela ni los numerosos giros (tampoco, claro, su aura de best-seller). Me ha dejado frío. Tal vez el autor ya estaba cansado de tanto rollo –un poco como yo como lector– y remató la historia como pudo.

Yo también voy a ir acabando. ¿Qué me queda? Las frases de Harry de cada inicio de capítulo. Ay, esas frases... A ver, son casi irrisorias, sobre todo cuando al final te enteras de que son 31 por un motivo un tanto curioso y rayando lo absurdo. Parece claro que el autor remató la faena una vez acabada la novela, sin tener eso pensado de inicio. “Me han salido 31 capítulos, así que son 31 frases, así que...” Más gracioso es que Harry vaya ofreciendo a Marcus las frases como píldoras durante años y que incluso le regale una grabadora para que las inmortalice, como si fueran pepitas de oro o algo así. Falta un: “Marcus, ¡sin mis frases ultraprofundas y forjadestinos no serás nadie!”. Lo peor es que Marcus también lo creería. Bueno, y ya puestos, decir que la relación entre los dos es cuando menos llamativa.

¡Ah, se me olvidaban esos estertores de libro! Cuando Marcus -contengan la risa, por favor-, tras demostrar una vez más su devoción por Harry, dice que parte en busca del amor. Mierda, me debí perder el capítulo de First Dates en el que salió.

En definitiva, es mejor que otros thrillers que igualmente se han hecho muy famosos en lo que va de siglo, como La chica del tren, pero es una pena que el autor -que creo que ha hecho un gran esfuerzo- no haya sabido crear una obra maestra teniendo a su disposición todos los elementos para ello. Recomendable, pero poco más. Como de 6.

[Me habré dejado cosas, pero yo ya me estaba aburriendo; no me quiero imaginar vosotros. Así pues, ya está bien por hoy. Gracias por la lectura y disculpad que por razones varias a este post le falta algo de acabado, en el sentido de que casi no he usado cursivas y demás cosillas de estas.]