domingo, 8 de noviembre de 2020

'La conjura de los necios' - John Kennedy Toole


Sinopsis (extracto de Quélibroleo.com):

Resulta imposible resumir la trama picaresca y siempre sorprendente de esta obra, ambientada en Nueva Orleans y sus bajos fondos. Su figura central es uno de los personajes más memorables de la literatura norteamericana: Ignatius Reilly –una mezcla de Oliver Hardy delirante, Don Quijote adiposo y Tomás de Aquino perverso, reunidos en una persona–, que vive a los 30 años con su estrafalaria madre, ocupado en escribir una extensa y demoledora denuncia contra nuestro siglo, tan carente de «teología y geometría» como de «decencia y buen gusto»; un alegato desquiciado contra una sociedad desquiciada. Por una inesperada necesidad de dinero, se ve «catapultado en la fiebre de la existencia contemporánea» embarcándose en empleos y empresas de lo más disparatado.


La historia que envuelve esta novela es bien conocida, si bien gracias al prólogo podemos profundizar en ella. En cualquiera caso, podríamos resumirla diciendo que John Kennedy Toole se suicidó a los treinta y dos años, once años antes de que, gracias a los esfuerzos de su madre, se publicara la novela. Esto ocurrió en 1980. Un año más tarde ganó el Pulitzer. Hoy en día se considera una novela de culto.

Se trata de una novela un tanto extraña y delirante, repleta de situaciones forzadas o directamente absurdas. Tiene algo de cuento, de cuento para adultos (o como mínimo adolescentes). También, dicho sea de paso, de obra de teatro. Uno no sabe muy bien si lo que está leyendo es algo mediocre o quizá incluso penoso o, si por el contrario, está ante una genialidad. Algunos dicen que no tiene trama, pero no estoy de acuerdo. Hay multitud de situaciones y escenas que lógicamente conforman una historia. Simplemente, es una trama diferente a lo habitual, hecha casi a base de 'gags'. Otros definen la novela como comedia, y tiene bastante de ello, aunque a mí me cuesta aplicarle ese término. Enlazando con esto, hay quien dice que te ríes a carcajadas. No es mi caso, pese a que sí hubo unas cuantas cosas que me parecieron graciosas.

En cuanto a la forma, a la prosa que vierte el autor, hay que decir que poca mácula tiene. Es decir, la novela está muy bien escrita. Sin embargo, si nos vamos al contenido, a lo que cuenta, no puedo ser tan benevolente. ¿Por qué? Bueno, me parece que es una novela irregular, mezclando pasajes muy válidos -la mayoría- con pasajes mediocres, algo aburridos y tal vez prescindibles. Irremediablemente, esto afecta bastante al conjunto de la novela.

La obra gira en torno a un personaje llamado Ignatius J. Reilly, un hombre ya entrado en la treintena. Aún así, vive con su madre, con quien arrastra una relación de amor-odio bastante desarrollada. Ignatius es muy gordo, viste mal o al menos de forma un tanto curiosa y está bastante dotado para los eructos (menciona continuamente la válvula pilórica). También es excéntrico, inteligente y aparentemente culto (todo apunta a que lo es, pero no profundizamos tanto en él como para darlo por hecho). Seguramente también se le adapten bien los siguientes adjetivos: cínico, pedante, presuntuoso. A mí me parece un personaje carismático.

Sobre el resto de personajes no creo que merezca mucho ahondar, pues básicamente hacen su función en ese 'circo' conformado alrededor de Ignatius, y encima creo que algunos de ellos no están del todo bien trabajados. Si bien, señalar que destacan Irene, la ya mencionada madre, y Myrna Minkoff, una joven subversiva con la que Ignatius tuvo 'algo'. Pero no destacan tanto por su carisma como por las sendas -y relativamente similares- relaciones que arrastran con Ignatius. En cualquier caso, los personajes entran y salen para luego repetir ese proceso; o sea, como en una obra de teatro. Al final, los personajes coinciden tanto en tiempo y lugar que Nueva Orleans parece ser algo así como una comunidad de vecinos. Esto, claro, también resta calidad a la obra.

Me ha gustado, en cambio, la crítica social que destila continuamente. Tal vez sea sutil y liviana, pero es machacante. Las frases afiladas de Ignatius, las cartas de Myrna, el cometido del personaje policía, las palabras del personaje negro, la obsesión de uno de los personajes con el comunismo...

Sobre el desenlace de la novela, y sin entrar lógicamente en detalles, decir que me ha parecido que el autor 'cierra' la historia de forma no excesivamente brillante pero sí bastante decente y sólidamente. Podría resultar poca cosa, pero más que nada porque no es un final cerrado como el del típico best-seller parido aproximadamentre a partir del 2008. Tal vez John Kennedy Toole hubiese querido continuar la historia, narrar más andanzas de Ignatius, pero supongo que nunca lo sabremos. Por otra parte, también percibo en el desenlace ese regusto a cuento.  

Resumiendo: me parece una buena novela, no una obra maestra (aunque si la leo en años venideros mi percepción podría cambiar, claro). Si hubiese que ponerle una nota, esta sería un 7.

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